Actitudes. Sábado 12 de diciembre de 2020.
Por Antonio Pérez Esclarín.
Mirarnos con los ojos del corazón
“Lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón”, nos dice Saint-Exupéry en El Principito. En Venezuela, donde estamos rotos y enfrentados, necesitamos aprender a mirarnos con los ojos del corazón, para vernos como conciudadanos y hermanos, y no como enemigos; sino lo hacemos, seguiremos cultivando el odio y la rabia y será imposible reconstruir el país y posibilitar vida digna para todos.
El ciudadano entiende que la verdadera democracia garantiza la igualdad, combate la exclusión y la miseria, y promueve la diversidad. Somos diferentes pero iguales, precisamente porque todos somos iguales, todos tenemos derecho a pensar y actuar de un modo diferente, dentro de las normas de la convivencia, que regulan los derechos humanos y las constituciones democráticas.
Todo tipo de coacción es antidemocrática e inmoral, y en las pasadas elecciones abundaron las coacciones y amenazas, lo que evidenció la inmoralidad de algunos dirigentes, su autoexclusión como políticos democráticos y la ilegitimidad de las elecciones.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.