Espiritualidad. Domingo 27 de diciembre de 2020.
Por Benjamín González Buelta. Voz Alexander Medina.
Un desplazado nació en Belén
Todos padecemos el éxodo de un familiar o conocido. La emigración expelida por las condiciones de Venezuela nos muestran una población a la deriva, des-centrada, que busca un nuevo reajuste para poder sobrevivir.
En Belén, María y José fueron sorprendidos por el parto cuando tuvieron que ponerse en camino por orden del Imperio. Viajaron en circunstancias difíciles, pues María ya estaba en estado avanzado de gestación.
Además, llegados a Belén, para ellos no había sitio en la posada y tuvieron que refugiarse en una cueva de animales en las afueras de la ciudad (Lc 2, 7). Dios quiso que su Hijo naciese en la incertidumbre de la pobreza.
Hoy existen en el mundo 22 millones de niños refugiados o desplazados por causa de la violencia. Miles de familias venezolanas están rotas.
A la luz de estas situaciones contemplamos el nacimiento de Jesús, que nos revela la solidaridad de Dios con las víctimas, y de una manera especial con los niños pobres del Mundo y con las familias fracturadas, sometidas a desplazamientos que las desarraigan.
Navidad, tiempo de cultivar, aún en la distancia, las relaciones familiares.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.
