Espiritualidad. Lunes 28 de diciembre de 2020.
Por Benjamín González Buelta. Voz Alexander Medina.
El itinerario de la encarnación
Para ser realmente uno de nosotros, Dios tenía que entrar en nuestra historia naciendo de una mujer que lo acogiese y lo amase incondicionalmente antes de existir, uniendo su destino al de su hijo, pasase lo que pasase con su vida. Por eso Dios no puede imponerse. Dialoga con María y le pide permiso. Y el diálogo es asombroso: María es una pobre y joven virgen, campesina de Nazaret.
Sólo desde el diálogo puede Dios hacer una propuesta salvadora que respete la libertad de María, que nos respete a todos en nuestra humanidad. Sólo en el diálogo con Dios puede verse María en los ojos de Dios y descubrir en ellos toda su dignidad, como persona, mujer e hija de Dios. En la visita a su prima Isabel, María dirá que el Señor la ha mirado (Lc 1, 48), y ella se ha encontrado a sí misma en esos ojos.
En Jesús, el “nosotros” de Dios y el “nosotros” de la humanidad se encuentran y reconocen plenamente. Navidad tiempo de mirarnos como Hermanos y reconocer en el otro la dignidad de hijo de Dios.
Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.