Con Real y Medio presenta los indicadores económicos de Venezuela de este jueves 10 de julio de 2025:

Dólar BCV: según el Banco Central de Venezuela 113,75 bolívares es lo que necesita una persona para comprar un dólar. Es decir, subió 0,82 % respecto ayer.

Peso colombiano: una persona en la Guajira, estado Zulia, necesita 35,57 pesos colombianos para comprar un bolívar, según la aplicación XE.

Salario mínimo: el salario mínimo en Venezuela es de 130 bolívares desde el año 2022, equivalente a 1,14 dólares, de acuerdo con la tasa publicada en el portal web del Banco Central de Venezuela.

La gasolina: atención los conductores y transportistas porque la gasolina tiene un costo de 56,87 bolívares por litro.

Bitcoin: ¿qué pasa en el mundo de las criptomonedas? El Bitcoin subió a 111.023 dólares.

Ethereum: el Ethereum, la segunda criptomoneda más popular en el mundo después del Bitcoin, aumentó a 2.761 dólares.

Comentario Con Real y Medio

La Cámara Venezolana de la Industria del Vestido (Cavediv) encendió las alarmas: el 90 % de los uniformes escolares que se comercializan en el país son importados, debido a que su precio es hasta un 50 % más bajo que el de los productos nacionales.

Roberto Rimeris, presidente de Cavediv, explicó que esta situación responde a una estructura macroeconómica que sigue sin favorecer la producción local.

“Solo queda un fabricante de uniformes escolares dentro de la Cámara, y sus ventas han caído más de 60 % en los últimos cinco años”, afirmó en entrevista con Unión Radio.

El fenómeno no es nuevo, pero se ha intensificado. Las exoneraciones arancelarias para productos terminados importados continúan vigentes, mientras que los insumos necesarios para fabricar en Venezuela siguen gravados. Esta asimetría, sumada a los problemas cambiarios, ha debilitado aún más a la industria nacional.

“Antes teníamos 400 empresas registradas en Cavediv. Hoy quedan apenas 25”, lamentó Rimeris. La competencia informal también ha crecido, pero no logra revertir la tendencia: el mercado está dominado por productos extranjeros que llegan a precios imbatibles.

¿Hay salida?

La pérdida de participación del sector textil en el mercado escolar no solo afecta a los fabricantes, sino también a toda la cadena de valor: desde los talleres hasta los distribuidores. La falta de incentivos y la competencia desleal han convertido al uniforme escolar en otro símbolo de la fragilidad industrial venezolana.

Expertos coinciden en que una revisión profunda de la política arancelaria y cambiaria es indispensable para recuperar el terreno perdido. Mientras tanto, los consumidores seguirán optando por lo importado, sacrificando calidad por precio.

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