Velas para todos los santos y santas

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Referencial

En la tradición de la Iglesia católica cada 1 de noviembre se celebra la festividad de todos los santos y santas. Una ocasión especial para rememorar la vida de hombres y mujeres que de acuerdo a los formalismos eclesiásticos han sido «elevados a los altares».

Recordar a esos personajes de demostrada vida cristiana es una manera de asumir compromisos para seguir su ejemplo de caridad, servicio, desprendimiento, entrega por los demás, solidaridad y fraternidad.

Algunos de esos santos o santas que a veces vemos como a lo lejos también han sido mártires. La Iglesia y la historia han reconocido que «derramaron su sangre», combatiendo las injusticias de sus tiempos, defendiendo y protegiendo los derechos humanos, promocionando la igualdad y la dignidad de todo ser humano.

Como lo ha dicho el Papa Francisco en esta solemnidad ser santo significa «elegir la pureza, la mansedumbre y la misericordia; elegir confiarse al Señor en la pobreza de espíritu y en la aflicción; esforzarse por la justicia y la paz, significa ir a contracorriente de la mentalidad de este mundo, de la cultura de la posesión, de la diversión sin sentido, de la arrogancia hacia los más débiles”.

En la religiosidad popular los hombres y mujeres de las tablitas, los relicarios y los cuadros, y que una vez fueron de carne y hueso, funcionan como mediadores para que las plegarias del pueblo por casos de enfermedad, necesidades materiales, crisis afectivas y hasta por problemas políticos, le lleguen hasta el mismísimo Dios.

La gente sencilla, buena y humilde de esta Venezuela que clama urgentemente por una salvación sigue prendiendo sus velitas a la corte celestial y de frente a esas imágenes permanecen, de pie, rezando y suplicando para que se vayan todos los males del país.