Venezolanos del tamaño del compromiso

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Foto: Edwin Rodríguez.

En Venezuela sigue en plena efervescencia la Emergencia Humanitaria Compleja, que ha sido denunciada por organizaciones nacionales e internacionales. El salario actual no supera los cinco dólares y los políticos siguen sin ponerse de acuerdo, mientras el gobierno sigue recibiendo críticas por estar silente ante la magnitud de la crisis.

Esta y muchas otras razones han sido el motivo de que mucho venezolanos abandonaran el país. Pero hay otros que se quedaron, como decimos en criollo, “Aguantando la pela”. Gran parte de ese grupo decidió desempolvar su creatividad, reinventarse y emprender. Así nacieron nuevos barberos, bodegueros, costureras o reposteros.

En este trabajo te traemos la historia de algunos de ellos.

Una mujer guerrera

Irma Jiménez es una mujer de 65 años que vio partir a dos de sus hijos al exterior.

En su momento lloró, pero limpió sus lágrimas y agarró sus dos máquinas de coser. Con ello, hoy en día se mantiene y mantiene a parte de su familia. Ella nunca pensó en irse del país y apostó a la Venezuela pujante.

“Me gusta mucho mi país y jamás lo voy a traicionar. Es mi país, donde yo nací y soy una mujer guerrera gracias Dios. Dios me ha dado mucha vida y salud”, expresó.

Foto: Edwin Rodríguez.

Hasta la última opción

Aracelis Pérez tiene origen campesino. En el pasado, ella crió pollos, vendió galletas y chuchería. Por ello, cree que Venezuela es un país de oportunidades y hasta se atreve a pedir a los que quedaron, que no se vayan.

“A veces uno se cierra, se cierra en verdad, porque a veces el desespero no es buen consejero. Hay que buscar hasta la última opción. No hay que darse por vencido”, comentó.

Aracelis cumplió su sueño de grabar un disco de joropo central, mientras sigue luchando por seguir adelante.

Foto: Edwin Rodríguez.

Se fue y volvió

José Manuel Siso cuenta que se fue Brasil. Allá duró año y medio, pero decidió volver a Venezuela porque a pesar de que comía y calzaba bien, solo descansaba tres horas.

La nostalgia y su terruño lo llamaban. Se vino a su país y montó una bodeguita en la parte alta de la cota 905. Hoy nos dice que, para él, emigrar no es la solución.

“Creo en mi país cien por ciento. Yo sé que sí se puede. Es falso que allá afuera lo vas a tener todo. Eso es mentira. Recomiendo que se queden en su país y piensen con cabeza fría”, expresó.

Foto: Edwin Rodríguez.

Estas historias demuestra que el venezolano es del tamaño del compromiso que se le presente. La crisis persiste, pero el otro país, donde los ciudadanos y ciudadana trabajan y se esfuerzan por salir adelante, también existe.

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