Venezuela no cuenta con un fondo de estabilización económica para enfrentar crisis petrolera

130
Archivo

El economista Luis Oliveros no pinta nada alentador el panorama próximo del mundo petrolero vinculado a la economía venezolana.

En diálogo con Radio Fe y Alegría Noticias hace un resumen de lo que sucedió a principios de esta semana con el desplome de los precios de algunos marcadores del barril de petróleo.

Para empezar, explica pedagógicamente que hay muchos marcadores para fijar el precio del petróleo. Uno de ellos es el West Texas que ciertamente ha perdido mucho terreno en el mercado petrolero mundial en los últimos días.

En el caso de Venezuela, el marcador de precios es el Brent. Mucha gente cree que lo que ha ocurrido en estos días con la caída abrupta del precio del West Texas estaba pasando igual con la cesta petrolera venezolana.

Sin embargo, este descenso del primer marcador no tiene nada que ver con el Brent, aunque éste último también experimentó un leve bajón en sus precios.

Lo que sí se evidenció es que este 21 de abril se vencieron los contratos de petróleo del mes de mayo. «El que tiene un contrato va a recibir mil dólares por cada uno de ellos. No hay sitio donde colocar ese petróleo. La gente prefería pagarle a otros para que se llevaran ese petróleo porque no tenían donde almacenarlo», expone el también director de Econométrica.

Pero no es la primera vez en la historia que esto ocurre. Lo que sucede es que esto habla a las claras que los fundamentos del mercado petrolero mundial están atravesando momentos muy complicados.

¿Por qué ocurre este fenómeno inesperado?

Oliveros detalla que entre los factores que hacen de este panorama más complejo es la destrucción de la demanda energética por efectos de la pandemia del COVID-19.

La reducción de esa demanda estaría entre 20 y 30 millones de barriles diarios. Hay que destacar que el 70 por ciento de la economía del mundo se encuentra en el denominado parón económico.

A ese escenario se le suma la paralización en muchos países del transporte y uso de vehículos que requieren del combustible como gasolina y diesel.

Otro de los aditivos para esta complicación es la guerra de precios entre Rusia y Arabia Saudita.

En medio de este ambiente lleno de dificultades, Oliveros señala que para la situación de Venezuela el principal problema es que PDVSA sigue cotizando el petróleo nacional a precios muy bajos amén de que lo ofrece con descuentos por el tema de las sanciones económicas.

Actualmente, al país le está costando muchísimo colocar su petróleo en el mercado internacional porque debido a esas restricciones punitivas comprarle petróleo a Venezuela representa un gran riesgo para cualquier país o para cualquier empresa.

Existe otro agravante, y es que no solamente sufre al ver cómo el precio de su principal producto de exportación y generador de divisas está cayendo, sino también por la caída de su producción petrolera. Es decir, hoy en día también vende menos porque produce mucho menos que antes.

Y al respecto hace memoria. En 1998, cuando ganó Hugo Chávez la presidencia de la república, Venezuela producía 3 millones y medio de barriles de petróleo. En el año 2013, con la primera elección de Nicolás Maduro, la cifra había bajado a 2 millones 800 mil barriles. El año pasado se bajó a 1 millón 200 mil barriles «y este año, según la OPEP, no llegamos a 700 mil barriles diarios con tendencia a seguir disminuyendo».

El hecho de que el precio del petróleo va a seguir cayendo, y pareciera no tener piso, va a originar grandes problemas en los flujos de caja, en la generación de divisas y en la balanza de pagos de los países productores de petróleo.

Otra devaluación para un bolívar en decadencia

Para Venezuela este pronóstico es mucho peor porque según el economista «esto va a generar que la moneda se devalúe…y por eso estamos viendo que el valor del dólar está aumentando».

Por otro lado, se registra un problema fiscal muy importante. Y es que al no poder recibir esos ingresos por exportaciones petroleros hace que la brecha fiscal se vaya agrandando. Y este aumento de la diferencia fiscal obliga al gobierno a recurrir al financiamiento monetario. Es decir, a la producción de dinero inorgánico sin respaldo de reservas constatables.

Foto: Reuters

En los casos particulares de países como Arabia Saudita y Kuwait, que también van a confrontar problemas financieros importantes por esta crisis, recurrirán a sus fondos de estabilización macroeconómica para hacerle frente a estas dificultades fiscales.

Pero en Venezuela esta problemática se acentúa porque no cuenta con ningún tipo de fondos que pueda sustentar este déficit fiscal y la caída severa de sus ingresos. En ese sentido, ya se comienza a observar un aumento excesivo de la hiperinflación y que se mantendría en los próximos meses, según sus cálculos.

Agrega que ante la poca oferta de divisas y una creciente demanda de las mismas se registrará un comportamiento volátil de la tasa de cambio.

Se le añadiría igualmente un descenso de gran magnitud del Producto Interno Bruto porque al gobierno le va a costar mucho más aumentar el gasto público y la inversión en el mantenimiento de infraestructura y servicios.