El Estado de Excepción regulado en la Constitución ha sido violentado por el régimen en múltiples oportunidades. La declaratoria de alarma con ocasión del coronavirus tenía que haberse enviado al parlamento.
La Constitución y la doctrina Constitucional exigen un doble control: el de la Asamblea Nacional y el del Tribunal Supremo de Justicia.
El primero, tiene el objetivo político de garantizar la oportunidad y razones para declararlo. El TSJ tiene el control jurídico para que las formas legales se sigan a cabalidad.
Lamentablemente, se deja sin efecto a la Constitución cuando el régimen omite al legislativo y deja todo en manos de un poder judicial, apéndice del ejecutivo nacional.
Cuando vamos al derecho constitucional comparado, notamos que en la mayoría de los países del mundo existe la misma figura del estado de alarma. Esta se complementa con las de estado de emergencia económica y conmoción interna o externa. En el único país donde se deja de lado el control político parlamentario es en Venezuela. Es una pena que no se aproveche la coyuntura para tratar de unir al país.
En ningún caso el parlamento habría negado la declaración de alarma, debido a que todos tenemos conciencia de que para enfrentar la grave pandemia mundial hacen falta medidas extraordinarias, que ameritan la activación de la figura constitucional.
Es más, entendimos como positiva la declaratoria de Juan Guaidó cuando ofreció el voto de la Asamblea Nacional para tratar de lograr el préstamo del FMI, que exige la autorización del parlamento y el reconocimiento internacional de los gobiernos que no reconocen a Maduro.
En los últimos años, se ha prolongado la declaratoria de emergencia económica, sin que haya servido para componer nada, sino todo lo contrario.
La Constitución no permite que se restrinjan las garantías más importantes o derechos humanos intangibles cuando se decretan los estados de excepción. Está obligado a respetar el derecho a la vida, la prohibición de incomunicar o torturar, el derecho al debido proceso, el derecho a la información…
Tenemos que estar vigilantes. No podemos permitir que se aproveche una figura constitucional para que se siga desconociendo al parlamento y a la oposición.
La grave crisis por la pandemia que encuentra a Venezuela en su peor momento histórico exige un gobierno de unidad y salvación nacional. Debería comenzar con una ley de amnistía liberando los presos políticos…
@OscarArnal