En una nueva fecha del Día de la Resistencia Indígena en Venezuela, el momento es propicio para realzar no solo la resistencia cultural en el país, sino también el espíritu de conservación, adaptación, crecimiento profesional e incorporación a aquellos espacios que hasta el 2020 eran exclusivos para los no indígenas.
También es un acto de reconocimiento a la resistencia heroica de los pueblos indígenas en el momento de la colonización y todos los años posteriores al arribo de los europeos a América y a Venezuela.
En Venezuela, la resistencia indígena es escenario que se vive desde varios enfoques y diversas manifestaciones de lucha. La crisis económica en el país, que ha llevado a una crisis humanitaria compleja, ha sido un factor determinante para una mayor crisis en las poblaciones indígenas que viven únicamente de sus producciones en el campo.
A su vez, la profundización de esta crisis obligó de forma especial a los grupos originarios a irse a Brasil, Colombia y Trinidad y Tobago. Los pueblos indígenas también fueron víctimas más elocuentes de la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Sin asistencia médica en los lugares más alejados o en la selva, fueron víctimas fáciles del Coronavirus que perjudicó aún más a comunidades indígenas.
Por tanto, la migración inició de una forma masiva y el abandono de esas comunidades fue notorio. Además, el bajo salario de cualquier trabajador venezolano fue parte de una compleja situación económica que también viven los indígenas.
La verdadera resistencia
No obstante, en medio de este panorama de crisis humanitaria e histórica, los pueblos indígenas de Venezuela han demostrado su capacidad de resistencia y superación convirtiéndose en historias de esperanza y motivación.
En este contexto, en Delta Amacuro, las organizaciones indígenas, pueblos y comunidades indígenas, además de los profesionales indígenas que van formándose en varas áreas, asumen varias responsabilidades de fuerza y relevancia. Esto es un factor clave en la suma de fuerza indígena en el ámbito laboral.
También cobra fuerza y relevancia para mantener y fortalecer nuestras lenguas indígenas, tradiciones, identidad y cultura. Las mismas se han ido involucrando en diferentes espacios laborales, educativos y universitarios.
Quelis Cortez es un ejemplo de crecimiento profesional en la población warao en Delta Amacuro. Ella es egresada como ingeniera en informática y ejerce como soporte técnico en el Instituto Radiofónico Fe y Alegría Delta Amacuro.
También es profesora de informática en la universidad más antigua de Delta Amacuro.
El reto de la conservación de las tradiciones, memoria y las culturas también constituye un elemento fundamental y fortalecedor para las comunidades y pueblos indígenas warao.
En ese sentido, los alegres de Araguaimujo mantienen vigente una tradición familiar y cultural desde 1985 al ser un grupo popular que crea sus propias canciones, muchas de ellas de protesta desde la cosmovisión warao.
