Envían a juicio a 4 sacerdotes nicaragüenses

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Foto: Religión Digital

La jueza nicaragüense, Nalia Úbeda, envió a juicio oral a cuatro sacerdotes católicos a quienes acusan de conspiración y de propagar noticias falsas en presunto “perjuicio del Estado y la sociedad”, reseñó el Poder Judicial de esa nación.

A los cuatro curas, junto a dos seminaristas y un camarógrafo de la Diócesis de Matagalpa, los enjuiciarán el jueves 1 de diciembre.

Úbeda no solo los envió a juicio, sino que además mantuvo la privación de libertad desde el pasado 19 de agosto.

En ese sentido, la jueza no dio lugar a los incidentes de nulidad promovidos por los abogados defensores, tampoco mandar la causa al juez de Matagalpa en donde los detuvieron, y rechazó que hayan sido arrestados ilegalmente sin orden de allanamiento y fuera de horario.

En ese sentido, la jueza no dio lugar a los incidentes de nulidad promovidos por los abogados defensores, tampoco mandar la causa al juez de Matagalpa en donde detuvieron a los sacerdotes. Además, rechazó que el arresto haya sido ilegal, sin orden de allanamiento y fuera de horario.

La defensa sostuvo que el artículo 217 del Código Procesal Penal establece un horario de las 06.00 horas a las 18.00 horas para los allanamientos y registros de propiedad, y que los imputados los arrestaron en la madrugada, sin orden judicial, sin existir flagrancia delictiva, ni estado de necesidad, reseñaron medios internacionales.

No hay respeto por la vida de los sacerdotes

Hace casi dos meses, David Quintana, director del medio digital Boletín Ecológico, expresó que en Nicaragua no se respetan “ni las propias vidas de los sacerdotes”.

El periodista nicaragüense, exiliado en San José de Costa Rica, aseguró a Radio Fe y Alegría Noticias, que uno de los sacerdotes está en una celda de tortura, mientras que el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, está prácticamente “secuestrado en su propia sacristía junto a otros 5 religiosos”, por la policía.

Vale recordar que a finales del mes de julio el gobierno nicaragüense, a través del Instituto de Telecomunicaciones, cerró 6 radioemisoras católicas.