Salarios de los docentes siguen siendo precarios

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Foto: Radio fe y Alegría Noticias

El tema educativo sigue en la palestra en esta Venezuela envuelta también dentro de la pandemia del COVID-19.

Una dimensión que sigue siendo noticia no solo por las condiciones atípicas que ha establecido el Ministerio del Poder Popular de Educación para culminar este año escolar 2019-2020, sino también por los educadores, a nivel nacional, que continúan exigiéndole al ejecutivo unas mejorías sustanciales de sus ingresos y otros beneficios socioeconómicos.

Y es que con el reciente incremento salarial que entra en vigencia este 1 de mayo el panorama se complica aún más para todos los trabajadores toda vez que el mismo de 400 mil bolívares, como salario base, se quedó extremadamente insuficiente para costear una canasta básica que ya supera los 20 millones de bolívares. Es decir, uno poco más de 100 dólares.

El Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría ha sentado una posición al respecto a través de un comunicado publicado recientemente.

Además de informar y compartir cómo se han venido reorganizando sus pandemias en estas circunstancias especiales para servir manteniendo activos sus servicios pedagógicos y comunicacionales, la institución, a través de su propio Director General, nuevamente le exige al patrono, al Ministerio, que cumpla con la convención colectiva del sector educativo vigente desde el año 2018.

En esta línea, Radio Fe y Alegría Noticias conversó con el profesor Rafael Peña, Director del Instituto Técnico San José Obrero de Antímano, en Caracas. El docente habla, exige, denuncia y propone en nombre también de sus colegas maestros.

Empieza recalcando una obviedad. Las condiciones salariales de los docentes son pésimas y precarias «y no son valoradas ni reconocidas ni reivindicadas las actividades que hacemos con los docentes en contextos normales y en éste mucho menos».

Peña reseña que llevan más de año y medio haciendo la llamada acción pública ante los entes gubernamentales haciendo visible la problemática que viven los maestros en el país en relación con salarios que no se ajustan a la realidad hiperinflacionaria.

Antes del comentado aumento gubernamental del ingreso salarial, apunta que un docente de categoría 4, con 11 años de servicio y con una carga laboral de 36 horas a la semana, devengaba 22562 bolívares diarios.

En contraparte, un docente debe gastar alrededor de 20 mil bolívares diarios en pasajes del transporte público. Dicho de otra manera, si ese educador gana 451 mil bolívares mensuales y gasta 400 mil bolos al mes para los pasajes, apenas le quedarían 51 mil bolívares para atender los otros asuntos de su familia.

¿Qué le diría Rafael Peña, como docente de Fe y Alegría, al ministro de educación Aristóbulo Istúriz?

Responde que si se le diera esa oportunidad le insistiría en volver a recordarle que no se trata de una situación meramente salarial sino de condiciones laborales.

Y una de las primeras peticiones que le haría «es honrar lo que está establecido en la contratación colectiva donde a la fecha se debe el 280 por ciento de ajuste salarial no cancelado oportunamente desde el mes de octubre de 2018».

Según Peña, el ministro Istúriz honró su palabra en aquella ocasión «y además estaba refrendada por el presidente cuando firmó la convención colectiva 2017-2020».

La segunda petición, circunscrita a este momento particular, «es que se le está haciendo difícil a todo el personal docente esta situación…le solicitaría un bono único de 20 salarios mínimos que pudiera paliar esta esta emergencia».

Cree importante también incluir en ese petitorio la necesidad de establecer un plan de emergencia con el cual se pueda ayudar a las familias de los docentes con combos de alimentos «así como lo han hecho en otras instituciones públicas».

Le suma una cuarta solicitud referida a otro plan de contingencia para la asignación de Canaimas para todos los docentes y de esta manera puedan apoyar a todos sus estudiantes en este proceso de modalidad de educación a distancia.

Cierra con el punto de establecer un plan de apoyo con alianzas de empresas telefónicas para la recarga de los teléfonos inteligentes del personal docente que está trabajando a distancia.

El educador ratifica, en nombre del Movimiento que cumple 65 años este 2020, el compromiso de seguir colocando todo el empeño de los maestros en la educación de niños, jóvenes y adultos «más necesitados de este país… y con la convicción de que este país saldrá adelante con la educación técnica».

Lo que vienen haciendo en el Instituto San José Obrero

En este caso de esta escuela técnica industrial de Fe y Alegría explica su director que llevan a cabo dos programas educativos. El primero es el referente a la escuela media técnica donde laboran 32 profesores. Y el segundo es el programa de Cecal, Centro Educativo de Capacitación Laboral, dirigido a los jóvenes excluidos del sector educativo, con 6 facilitadores y 4 instructores.

Dice Peña que en total, contando el personal administrativo y obrero, en esta institución laboran 62 trabajadores, cuyo equipo directivo ha venido desarrollando acciones de acompañamiento «para tratar de evitar toda esa fuga masiva que ha estado desde el año pasado atacando fuertemente a los colegios y atentando contra la educación de los chamos».

Desde esta perspectiva relata que han logrado obtener apoyos de aliados para programas de alimentación a los trabajadores. «De vez en cuando se les apoya con algunos alimentos», cuenta el directivo de San José Obrero.

También desde la Dirección Nacional del Movimiento se les ha respaldado con una dotación de medicinas «y espacios de formación, recreación y acompañamiento».

Del lado del personal igualmente ha habido iniciativas. Expone Peña que muchos se han abierto a desarrollar actividades de emprendimiento, tales como venta de tortas, quesillos y comidas.

Otros profesores «alternan su horario trabajando en otros colegios». Sin embargo, esta fórmula tampoco les ha resultado suficiente a nivel de ingresos.

Al inicio de este año escolar comenzaron a implementar una campaña con ex alumnos del instituto y otros amigos que están en el interior «para tratar de apoyar a cada familia del docente» con un incentivo económico adicional como una manera de compensar el salario que estaba recibiendo .

De igual modo han contado con la colaboración de los padres del colegio «que han venido apoyando con efectivo para el transporte del personal docente».