Una Palabra Oportuna No. 535

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Oración de la noche. Viernes 31 de julio de 2020.

Por  Javier. A. Fuenmayor, SJ.

“Al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el Abismo y toda lengua proclame ¡Jesucristo es Señor! para gloria de Dios Padre” (Flp 2, 10-11).

En tu presencia, Señor, agradezco todos los dones que hemos recibido por medio del Padre Ignacio de Loyola.

Aquieto mi espíritu respirando serenamente. Pido la luz de lo alto para discernir la principal invitación que el Señor le hace a mi vida: “Hoy pongo delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal” (Dt 30,15). Dejo resonar en el corazón su voz: “¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?” (Lc 9, 25).

Que Dios Padre nos conceda “conocimiento interno del Señor que por mí se ha hecho hombre, para que más le ame y le siga” [EE.EE. 104].

Te pido perdón, Señor, por todas mis faltas de pensamiento, palabras y obras. Renuévame con tu misericordia.

“Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi poseer…” [EE.EE. 243]. Amén.

Con tu presencia Señor, saldremos fortalecidos.