El 12 de marzo de 2020 el presidente Nicolás Maduro anunció el primer caso de COVID-19 en Venezuela, marcando así el inicio de la pandemia en el país.
Desde entonces y con la propagación del Coronavirus a Venezuela los trabajadores del sector sanitario han estado en la primera línea como población de alto riesgo por la naturaleza de su labor.
La primera víctima del sector médico ocurrió tres meses después del anuncio oficial sobre el primer caso de la enfermedad. Se trató del médico epidemiólogo Samuel Viloria, exdirector del Hospital Universitario de Maracaibo, en el estado Zulia, quien murió el 16 de junio de 2020.
Viloria había dirigido el principal centro de salud de la capital zuliana entre el 2015 y 2017 durante la gestión de Francisco Arias Cárdenas como gobernador del estado Zulia.
Para el momento del primer deceso de un médico por COVID-19 ya se habían reportado oficialmente 26 muertes de personas no relacionadas al sector salud en toda Venezuela. De tal manera que Viloria se convirtió en el fallecido número 27 de forma general.
Después del deceso de Viloria se conoció que el médico había sido un paciente trasplantado de riñón y era diabético lo que dificultó su recuperación.
Otros dato interesante es que el 16 de junio de 2020, cuando se registró la muerte del médico, en Venezuela se reportaban oficialmente 84 nuevos casos en todo el territorio nacional, para sumar un total de 3.062 casos en la estadística nacional.
Hasta el 16 de junio de 2021, es decir, a un año después de la muerte de Viloria, se han detectado un poco más de 23 mil casos solo en el estado Zulia; mientras que en toda Venezuela se cuenta 255.457 contagios confirmados, y 2.886 personas han fallecido.
La mayor falencia del sector salud en Venezuela en medio de la pandemia sigue siendo la falta de vacunación al 100% de los trabajadores del sector, aun cuando el gobierno de Nicolás Maduro ha anunciado que las vacunas van destinadas de forma prioritaria a los trabajadores sanitarios.
Sin embargo, los reclamos del sector salud no solo son una consecuencia de la pandemia. Sus reclamos viendo acrecentándose desde hace varios años, y la crisis sanitaria alcanza la falta de insumos médicos, un pobre salario como lo que ocurre con el resto de los trabajadores del sector público y privado, y otras falencias como la falta de equipos de bioseguridad.
La estadísticas diarias de muertes de profesionales de la salud en todo el país son las peores del mundo en relación a la población contagiada. Solo la ONG Médicos Unidos de Venezuela contabiliza 642 fallecimientos de estos trabajadores desde ese 16 de junio.