Falta poco para que termine este difícil año. Pensemos en una ruta, unos propósitos para que el 2024 sea realmente “año nuevo” y no “año repetido”. Aquí mi ABC.

Por la A. Por esta letra hay unas cuantas palabras muy necesarias para inspirar nuestros propósitos para el próximo año. Comencemos por AMAR. Para los creyentes, “A Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo”. No nos olvidemos de amarnos nosotros mismos, cuidar nuestra salud física y mental. Amar supone empatía, mirar al otro y ponernos en su lugar. Amar supone muchas cosas. Sigamos con ADMIRAR: ser capaces de sorprendernos de las cosas buenas que pasan a nuestro alrededor, de las pequeñas grandes acciones de mucha gente, como esos maestros que siguen trabajando a pesar de los bajos salarios, por ejemplo, o el trabajo de muchos voluntarios que dedican su tiempo libre a ayudar a otros; ANIMARSE, cuando uno es capaz de ver esas “velitas en medio del apagón”, uno se anima; AGRADECER, a pesar de los problemas de cada uno, siempre hay algo que agradecer a Dios, a los demás, por pequeñas que sean esas acciones, dar la gracias no es un simple acto de cortesía, es reconocer la acción del otro. La AMABILIDAD, ser amable es gratis, hace sentir bien al otro, y a uno, no cuesta mucho, se necesita disposición, voluntad, convencernos de la importancia de ser amable. Incluso con esos funcionarios de bajo rango que ganan muy mal, si uno les saluda con amabilidad, ellos también suelen devolver esa amabilidad.

Vamos con la B.  “Al Niño le pido/ en la Navidad/traiga de regalo/ a todos BONDAD”. Ligada a la A de amar, está la bondad. Ser bondadoso no significa ser tonto, o blandengue, significa ser capaz de hacer cosas buenas por los demás, desde sonreír, visitar a esa amiga que quedó sola porque sus hijos y nietos se fueron, escuchar a esa otra que está desanimada, comprar un caramelo en la esquina a ese joven en silla de ruedas, donar algo en la parroquia, vayas o no a misa… Recuerden lo que dice David Hamilton: se ha comprobado que cuando se realiza una buena acción, se generan más endorfinas –esas sustancias que nos dan placer – en la persona que la realiza, en la persona que la recibe y en los testigos de la misma. Hasta por “egoísmo legítimo” habría que hacerlo. “BUEN DIA”, o sea: saludar, con amabilidad mejor. Saludar, al igual que dar las gracias, no es un simple acto de cortesía, es un acto de reconocimiento del otro, no importa si no te responden, tú tomas tus decisiones. BENDECIR, “dar la bendición”, diríamos en criollo. ¡Qué bonita costumbre venezolana esa de pedir la bendición y de darla! No se acostumbra en otros países, ojalá no la perdamos.

 Con la C tenemos unas cuantas palabras que suponen propósitos muy importantes. Empecemos por COMPARTIR, reunirnos con otros, no sólo familiares, en vivo o en su defecto, on line, hablamos también de compartir con vecinos, con compañeros de trabajo, el país necesita que nos unamos de manera organizada para enfrentar problemas comunes, el modo “sálvese quien puede” no salva a nadie, aislarse debilita. Unido a esto: CIUDADANIA, crecer en ciudadanía tiene que ser un propósito de muchos. Venezuela tiene déficit de ciudadanía, y esta tiene como objetivo, “Construir el bien común”, o sea tu bien, mi bien. Hay que fomentar desde el hogar, la escuela, la comunidad, el conocer deberes – para cumplirlos- y derechos – para exigirlos, defenderlos -. Al lado, o parte de la ciudadanía, CONSTITUCION y más CONSTITUCION, conocerla, defenderla, citarla…Saber de memoria los Artículos 103 – derecho a la educación- o el 91 – todos los trabajadores teneos derecho a una remuneración que nos permita vivir con dignidad- Parte de la ciudadanía, CONCIENCIA AMBIENTAL, no podemos seguir postergando el cuidado de la Casa Común, como le dice el papa Francisco. Lean la encíclica Laudato Si, es bella e inspiradora. Hay que parar el ecocidio del Arco Minero, hay que practicar las erres: reciclar, reutilizar, reducir el consumo, hay que cambiar de estilo de vida. Sigamos: CREATIVIDAD. Todas estas buenas palabras inspiradoras para nuestros propósitos requieren creatividad: para comunicarlos, para llamar la atención, para realizar acciones. Yo utilizo la música, el sentido del humor y algo de teatro. Todos podemos ser creativos.

Finalmente, además de este ABC, anoto las tres P: perseverancia, paciencia y paz. Necesitamos paz en el mundo, en las familias, en las escuelas, en la calle – lugar de encuentro -. Es posible que más de uno, al leerme, diga que soy una “Come flor”, pero yo digo, ser pacifico no es cosa de cobardes ni de pasivos, y de paso, es preferible ser “come flor” y no come candela. El primero reparte flores, el segundo reparte candela, y la candela destruye.

Me despido deseando que de verdad el 2024 sea un año nuevo, de esperanza, de acciones positivas y creativas para reconstruir este país.

Luisa Pernalete es miembro del Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín de Fe y Alegría

@luisaconpaz

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