El 27 de enero de 1873 en Barbastro (Huesca, España), el reverendo Saturnino López Novoa y la posterior Santa Teresa de Jesús Jornet Ibars fundan la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, siendo esta su primera Madre Superiora General. Le suceden en el cargo María de Jesús Jornet (1897), Ignacia de Santa Eulalia A. (1914), María de San Juan C. Ferraán (1923), Juana de Santa Teresa Herreros (1941), María de Los Ángeles López (1950), Mercedes del Niño Jesús Villarrica (1953), María de San Francisco de B.B (1969), Edesia del Sagrado Corazón de Jesús Rodríguez (1987) y Purificación de Santa Elena Castro (2005).
Antonio Santana y Rosa Eloísa Escobar, en representación del Club de Leones con sede en Apure, abren de manera improvisada en 1961 una casa para alojar ancianos en la población de Biruaca y al poco tiempo prestan servicio a treinta personas de la tercera edad.
Inmediatamente hacen contacto con monseñor Ángel Polachini Rodríguez, Administrador Apostólico de la Prelatura Nullius de San Fernando. Desde entonces escriben insistentemente a la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, para que se hicieran cargo de esta fundación, recibiendo respuesta negativa por no contar con suficiente personal en el país.
Polachini insiste
El año siguiente, la Madre Superiora General, Sor Mercedes del Niño Jesús Villarrica, realiza gira por las casas de América y al enterarse Polachini, Santana y Escobar envían comunicación a la superiora de la congregación de Valencia (Venezuela), invitando a Sor Villarrica a visitar la creación apureña en funcionamiento.
El 9 de noviembre de 1962 arriba a Caracas la ilustre religiosa y a los pocos días la ponen al tanto del tema, aceptando enseguida la noble sugerencia.
El 17 del mismo mes se dirige a la capital llanera acompañada de Sor Liduvina de San Saturnino Santiago y tres hermanas más. Al llegar y ver el estado de abandono de los adultos mayores, en lo material y espiritual, su corazón se conmueve y acepta gustosamente encargarse de la fundación.
Polachini reitera que las hermanitas tomen posesión a la brevedad posible de la institución, por lo que Sor Villarrica ordena traer monjas desde Caracas, Maracaibo, Valencia y Cúcuta a iniciar el arduo trabajo.
Las madres superioras en esas ciudades concretan el acuerdo con la mayor generosidad para que nada faltara a las recién llegadas, sobre todo en los momentos iniciales que tanto se necesita.
El 27 de enero de 1963, “fecha memorable para nuestra congregación, por ser el día en que abrió sus puertas a la ancianidad desvalida para comenzar nuestra misión, albergando a tantos ancianitos miembros doloridos del cuerpo místico de Cristo”. Es bautizado Asilo de Ancianos de Biruaca. Monseñor, en un gesto de paternal bondad, acoge a las hermanas desde el principio, ofreciéndose para ir todos los días a celebrar la santa misa y hacer las veces de capellán del asilo.
Comienza formalmente la obra
La dirección recae en Sor Clara de San Juan Bautista Montes de Oca D., con el apoyo de las damas de hábitos Blanca de San Juan Bautista Clavijo Linares, Pilar de Jesús Hostia Suárez Salvado, Celina de la Inmaculada Bonilla Jaimes, Herminda de San Juan Bautista Arenas Buitrago y María de la Asunción Jaimes Ortiz, única sobreviviente.
Las labores se dividen en tres fundamentales: atención a los abuelos, mantenimiento de la infraestructura existente y nuevas construcciones, y recolectar donaciones para sufragar gastos.
El esfuerzo de las religiosas es agotador y placentero a la vez, al ser testigos presenciales del crecimiento permanente del hogar de las personas de avanzada edad y lugar escogido por ellas para servir en la obra de Dios. Poco a poco la residencia es convertida en un conjunto que se ordena de la misma forma de una casa colonial venezolana tradicional.
¿Cómo está distribuido la residencia?
Las áreas cubiertas se ensamblan alrededor de un patio central, el cual se conecta a las anteriores por un corredor perimetral. Cuenta con actividades recreacionales, católicas y atención médica. En su interior dispone de amplios corredores, dormitorios, comedor, cocina, baños, sala de estar, lavandería, enfermería, ropero, bellos jardines, áreas para sembrar diversos rubros agrícolas para el autoabastecimiento y paredes con cuadros paisajistas.
El Templo de la Virgen de los Desamparados es una hermosa iglesia perteneciente a este refugio, que sirve para conmemoraciones litúrgicas y otros tipos de festejos. Es el centro espiritual de las hermanas y sus huéspedes.
Esta semana la capilla fue adornada con motivo del aniversario de nacimiento de Sor Teresa Jornet. Un emotivo acto donde residentes e invitados disfrutan recordando la vida y dedicación de esta devota mujer del siglo XIX. Hace diez años al Asilo de Ancianos de Biruaca deciden ponerle una protección divina y cambian su nombre a «Hogar Nuestra Señora de Coromoto».
Los testimonios
Sin embargo, las instalaciones se ven en excelente estado y el ánimo de todos los abuelitos es alto. Doña Ana Bolívar manifiesta: “Llevo cuatro años en esta casa, me siento perfectamente bien atendida. Todas las abuelitas nos llevamos positivamente. No tengo ninguna mala experiencia aquí”.
Doasaí Puerta también se expresa: “Soy de Amazonas y llevo dos años feliz. Comparto gratos momentos con estas damas y amigas de Apure. Las hermanas nos tratan de lo mejor. La alimentación, dormitorios y demás espacios son excelentes. Me siento muy bien. Podemos salir cuando lo deseamos sin ningún problema. Mañana tenemos una fiesta muy bonita en honor a la fundadora de la congregación”.
Gestos como estos deben sensibilizar a los organismos gubernamentales y empresariado a apoyar con donativos a esta causa que ya pasa de sesenta años cuidando seres de luz con gran cariño en un ambiente hermoso.
Por seis décadas las Hermanitas de los Ancianos Desamparados han regalado buena parte de sus vidas en pro del bienestar de personas que requieren protección y amor, y lo han logrado con creces. Sin lugar a dudas tienen el cielo ganado. Por ello, el Asilo de Ancianos de Biruaca o como se le llama ahora, Hogar Nuestra Señora de Coromoto, es una Vivencia de mi Pueblo.
Por: Ing. Vladimir Hidalgo Loggiodicce/Es escritor y mantiene un blog titulado Personajes y Vivencias de mi Pueblo/Apure
Edición y Montaje: Lic. Wladimir José Hidalgo Benítez
(Agradecemos la gentileza de Sor María Antonia Mayorga, directora del Hogar Nuestra Señora de Coromoto, y Sor Rosa Beltrán, subdirectora, de aportar la información, documentos e imágenes necesarios para conformar esta historia. Pasear con ellas por las instalaciones de ese dulce hogar fue toda una divinidad. También a las abuelitas Ana Bolívar y Doasaí Puerta por sus testimonios).
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