«Balón al aire, esperanzas al cielo»

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Cortesía

Así comenzaba sus narraciones de los innumerables partidos de baloncesto que le tocó hacer llegar a los hogares venezolanos Leonardo Rodríguez. Y vaya que con su muerte física su balón se elevó y las esperanzas también se fueron con él al firmamento.

A sus 78 años, Leonardo Rodríguez abandonó su existencia terrenal. Fue en el último día de octubre que el llamado padre del baloncesto venezolano partió a una vida mejor. Desde hace años padecía de serios problemas de salud.

En la corte celestial ya se habrá encontrado con su pana del alma Carlitos González, con quien fundó en 1974 la Liga Especial de Baloncesto, que luego le daría paso a la actual decadente Liga Profesional en el país.

Era guariqueño de nacimiento. Pero gran parte de su vida la compartió en la agitada Caracas donde se desenvolvió como como profesor de Educación Física del Pedagógico de Caracas, Economista de la Universidad Central de Venezuela con postgrado en Standford, periodista graduado en la UCV y locutor.

También fue presidente del Círculo de Periodistas Deportivos, integró el buró del Comité Olímpico Venezolano y es miembro del Salón de la Fama del Deporte Nacional.

Rodríguez se paseó por varios canales de televisión no solo para narrar partidos de la «pelota saltarina» sino también justamente para promocionar el buen nivel que progresivamente iba adquiriendo el baloncesto nacional en sus diferentes categorías.

Y aunque suene poco decoroso decirlo así, toca recordarlo con otra emocionante frase que usaba cuando el reloj de cada partido marcaba el segundo final: «échenle tierrita».

En el cielo, junto a otros grandes del deporte venezolano, también lanzará un triple de larga distancia y gritará con todos «Siiiiiii».