Benedicto XVI pidió perdón a las víctimas de abusos sexuales

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Benedicto XVI, Foto: Vaticannews

El papa emérito Benedicto XVI pidió perdón y expresó su dolor por los abusos y errores ocurridos durante sus mandatos en los distintos cargos que ha tenido.

«Sólo puedo expresar a todas las víctimas de abusos sexuales mi profunda vergüenza, mi gran dolor y mi sincera petición de perdón», escribe Benedicto XVI en una carta publicada esta mañana por el Vaticano, declaraciones citadas por la ABC.

Agrega que su dolor es grande por los abusos y errores que produjeron durante el tiempo de su mandato en los respectivos lugares.

Aunque la carta va acompañada de una respuesta a las acusaciones en las que se aclara su inocencia, Benedicto XVI firma un texto breve, pero sincero, franco y duro en el que se asume su propia responsabilidad.

añade Benedicto XVI, de 94 años, recordando sus 5 años como arzobispo de Múnich, 23 como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y casi 8 como Papa.

«En todos mis encuentros, especialmente durante mis numerosos Viajes Apostólicos, con víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes, he mirado a los ojos las consecuencias de una culpa muy grande y he aprendido a comprender que nosotros mismos somos arrastrados a esta culpa tan grande cuando la descuidamos o cuando no la afrontamos con la decisión y la responsabilidad necesarias, como ha sucedido y sucede con demasiada frecuencia», escribe.

Otra confesión

Benedicto termina con otra confesión. «Pronto me enfrentaré al juez definitivo de mi vida. Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo al mirar hacia atrás en mi larga vida, me alegro, sin embargo, porque creo firmemente que el Señor no sólo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya ha sufrido él mismo mis defectos y es, por tanto, como juez, también mi abogado (Paráclito)».

«En vista de la hora del juicio, se hace evidente para mí la gracia de ser cristiano. Ser cristiano me da conocimiento y, más aún, amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte», añade.

«Queridos amigos, con estos sentimientos os bendigo a todos», se despide en las que quizá serán sus últimas palabras escritas.

Junto a la carta, el Vaticano ha dado a conocer un estudio de las acusaciones firmado por cuatro colaboradores de Benedicto XVI, tres canonistas y un abogado experto en libertad de expresión.

Han analizado el informe de un estudio de Baviera publicado el pasado 20 de enero sobre cómo Joseph Ratzinger afrontó los casos de abusos durante sus casi 5 años como arzobispo de Múnich.

Analizan meticulosamente uno a uno los 4 casos en los que Ratzinger no habría actuado correctamente y aseguran que las acusaciones «no se corresponden a la verdad» de lo ocurrido.

Otros detalles

A continuación, se explica detalladamente el motivo del error relativo acerca de la presencia inicialmente denegada de Ratzinger: sólo se permitió al profesor Mückl ver la versión electrónica de las actas, sin que se le permitiera guardar, imprimir o fotocopiar documentos. }

En la fase posterior del tratamiento, el Dr. Korta ha cometido inadvertidamente un error de transcripción al suponer que Ratzinger estaba ausente el 15 de enero de 1980.

Por lo tanto, este error de transcripción no puede ser imputado a Benedicto XVI como una consciente declaración falsa o «mentira».

Por cierto, ya en 2010 varios artículos de prensa, nunca desmentidos, hablaban de la presencia de Ratzinger en esa reunión y el propio Papa emérito, en la biografía escrita por Peter Seewald y publicada en 2020, afirma haber estado presente.

Los expertos afirman que en ninguno de los casos analizados por el informe Joseph Ratzinger estaba al tanto de los abusos sexuales cometidos o sospechosos de ser cometidos por sacerdotes.

La documentación no aporta ninguna prueba en contrario y, de hecho, en respuesta a preguntas concretas sobre este punto durante la rueda de prensa, los mismos abogados que redactaron el informe afirmaron que presumían con probabilidad que Ratzinger lo sabía, pero sin que esta afirmación fuera corroborada por testimonios o documentos.

Por último, los expertos niegan que las respuestas que redactaron en nombre del Papa emérito minimizaran la gravedad del comportamiento exhibicionista del sacerdote.

En la valoración del derecho canónico, «se limitó a decir que según el derecho entonces vigente, en opinión de los consejeros de derecho canónico, el exhibicionismo no era un delito de derecho canónico, porque la norma penal correspondiente no incluía un comportamiento de ese tipo en el caso en cuestión».

Fuente: abc, vaticannews