La frase «válvula de escape» fue usada por el presidente Nicolás Maduro para admitir que la dolarización de facto apuntaba a mejorar la situación del país devastado económicamente.
Desde que el gobierno del presidente Nicolás Maduro flexibilizó los controles de precios y las trabas para la importación, Delta Amacuro, uno de los estados más deprimidos del país, ha visto abastecer las despensas familiares y comerciales.
Algunas familias han revelado haber optado por viajar a Brasil por una semana, para así realizar compras, donde los precios en dólares se consiguen a la baja de los que piden los comerciantes de Tucupita.
Los comerciantes también se abastecen en el cercano estado de Pacaraima, Brasil. No obstante, sus precios finales no convienen a la mayoría de los deltanos, que terminan organizando viajes familiares para reducir los gastos.
Este fenómeno está provocando la aparición de las denominadas “bodegas” (en Venezuela, pequeños abastos familiares que suelen estar en las comunidades), generando así una competencia más amplia entre los vendedores.
No obstante, las autoridades municipales han amenazado con una masiva fiscalización para evitar la ilegalidad y la fuga de impuestos.
Una familia de deltanos que vive en el sector Paloma, al sur de Tucupita, comentaron haber viajado a Brasil recientemente para comprar comida. Ellos usaron una “cola” para así evitar gastos.
Los anaqueles de los abastos en Tucupita se muestran repletos de productos brasileños, mientras que en las comunidades más deprimidas cobran fuerza las denominadas bodegas.
La competencia ha generado el retroceso de los precios de estos rubros. Los compradores han notado este fenómeno y ahora caminan para reducir al máximo sus gastos.