El ministerio de Salud brasilero anunció este fin de semana pasado que el número de muertos por COVID-19 subió a 25, mientras que el de pacientes enfermos llegó a 1.546.
La información fue suministrada por el secretario de Vigilancia en Salud del ministerio, Wanderson de Oliveira, quien aseguró que Brasil está entrando en la «fase crítica» de la enfermedad.
De Oliveira aseguró que la prioridad es hacer el mayor número de pruebas posibles.
Mientras tanto, el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, dijo que ya los 27 estados del país registran casos.
Tras analizar los números, Mandetta señaló que se está desmontando la teoría de que el Coronavirus no se expandiría en países tropicales debido a las altas temperaturas.
El ministro también expresó su preocupación por la llegada del virus a Ciudad de Dios, una gran favela ubicada en Rio de Janeiro y que es altamente vulnerable a la pandemia debido a la alta población de bajos recursos y a la falta de agua potable.
Siguen los enfrentamientos entre Bolsonaro y gobiernos locales
Mientras tanto, medios y expertos brasileros siguen criticando que Bolsonaro se preocupe más por el impacto económico que por la salud humana, lo que le ha llevado a enfrentarse a gobernadores y alcaldes.
El evento más reciente ocurrió el pasado sábado 21 de marzo, cuando Bolsonaro llamó «Lunático» al gobernador de Sao Paulo, Joao Doira, por declarar la cuarentena en el estado más industrializado de Brasil.
«Es un lunático, está haciendo política encima de este caso. Está aprovechando este momento para querer crecer políticamente», dijo bolsonaro.
Doria, por su parte, respondió en el mismo tono: «¿Llama al Coronavirus gripecita y yo soy lunático? Lidere a su país, presidente», exclamó.
Pese a la objeción del mandatario, Sao Paulo entró efectivamente en cuarentena por 15 días, que podrían extenderse de ser necesario.
