Por un lado, Rusia recibe a Nicolás Maduró en su país, pero Brasil se impone para que Venezuela no entre de forma plena a los Brics.
Venezuela expresó su deseo de formar parte del grupo económico alternativo a los Estados Unido y Europa, pero por ahora no lo consiguió.
El propio presidente Nicolás Maduró viajó a la cumbre de Kazán, en Rusia, para intentar completar el ingreso de Venezuela, pero Brasil se interpuso.
Luiz Inácio Lula da Silva no pudo asistir a la Cumbre tras caerse y lesionarse en la cabeza, por lo que instruyó a su ministro a que se opusiera a la incorporación de Venezuela.
Su asesor en política internacional, Celso Amorim, lo explicó a CNN Brasil: “Yo no defiendo la entrada de Venezuela. Creo que hay que ir despacio. No sirve de nada llenarlo de países porque en nada habremos creado un nuevo G-77”.
Lo del G77 es una clara alusión al G7, que lideran los Estados Unidos, Japón y otros países de la Unión Europea.
Los Brics, Brasil y Venezuela
La cumbre de los Brics fue el escenario en que Brasil y Venezuela se encontraron después de distanciarse políticamente.
Desde las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, las relaciones entre Caracas y Brasília no son buenas.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva exigió transparencia en los resultados de la elección y pidió una auditoría internacional, pero desde Venezuela respondieron que no.
La tensión se elevó al punto que el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, aseguró que Lula ahora es un agente de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, la CIA.
La relación con Brasil determinó que Venezuela no pueda entrar al grupo que lideran Rusia, India, China, Sudáfrica y el propio Brasil.
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