El caos se apodera de todo. Las bombas de gasolina son un polvorín. El control gubernamental tuvo entre sus pilares el subsidio y el suministro sin interrupción de gasolina y de las cajas CLAP.
Lo que observamos con la gasolina es de pronósticos reservados. Pasan las semanas y no se estabiliza el suministro sino que se incrementa su escasez. Hay un mercado negro donde el combustible es caro.
Era ingenuo pensar que con un mantenimiento irregular de nuestras refinerías, con los costos internacionales de la gasolina y un gobierno quebrado, se pudiera prolongar de manera indefinida el suministro gratuito.
Una vez más, las leyes económicas se imponen y las políticas de corte marxista destruyen la economía. Sin gasolina no hay quien traiga los productos del campo a la ciudad, no hay quien pueda en un bote pescar.
En la misma dirección, no hay quien transporte los CLAP, que llegan cada vez con más precariedad y sin continuidad en el tiempo. En estos días apareció una noticia en la BBC que informaba que para este mismo año, Venezuela estará entre los tres países que enfrentará una hambruna. Y es el único que la sufrirá sin guerra civil. La crisis humanitaria compleja se apodera de todo.
Sin herramientas para enfrentar lo causado, el desgobierno se jacta de tener en comparación pocos fallecidos por la COVID-19. El país en las primeras de cambio se ha contaminado menos que otros, debido a que nadie estaba entrando al país, sino que todo el mundo estuvo saliendo. Ahora es que están volviendo algunos migrantes que, víctimas del cierre de la informalidad, se quedaron sin ingresos en países vecinos.
Por otro lado, las sanciones aprietan. La situación es desesperada no solo para el desgobierno, sino para todos los que vivimos aquí. Ya hay noticias que hablan de protestas y hasta de saqueos en diversos puntos de la geografía. Y no solo la gasolina y los CLAP colapsan, también se va con frecuencia en muchos sitios la luz, el agua, el Internet… Hay una olla de presión, que no deja de hervir.
¿Seremos capaces de encontrar una salida? Es el llamado desesperado a la cordura y a evitar el estallido.
Maduro, renuncia. Es demasiada la destrucción. Meterse con lo queda de industria privada es el fin. Pronto volverá la escasez. Es urgente un gobierno de emergencia y salvación nacional.
@OscarArnal