La Red Jesuita con Migrantes, obra de la Compañía de Jesús para proteger los derechos de las personas migrantes en el mundo, se integra la iniciativa denominada Caminos de Hospitalidad, y cuyo lema es: la esperanza es el camino.
Por diversas plataformas comunicaciones, la Red se hace eco de 10 demandas que deberían cumplir los Estados, las organizaciones de la sociedad civil, las comunidades de acogida y otras instituciones.
Expone la RJM AL_EC que “CAMINAMOS con las personas que se han visto forzadas a migrar para construir junto con ellas un futuro de esperanza. Expresamos 10 DEMANDAS a los y las representantes de las instituciones de Gobierno para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y promover sociedades de acogida e inclusión”.
GARANTIZAR el derecho a solicitar y a recibir protección internacional en otro país cuando sea necesario para salvaguardar la vida, la dignidad y la seguridad, ampliando la comprensión de las múltiples causas y causantes, y RECHAZAR la externalización de fronteras.
RESPETAR plenamente el principio de no devolución y garantizar el acceso al refugio en todas las fronteras terrestres y en los puntos de internamiento, como aeropuertos. PONER FIN a la detención arbitraria de personas migrantes forzosas y refugiadas, incluidos niños y niñas, promoviendo alternativas basadas en la comunidad y el respeto de los derechos humanos.
EXIGIR la transformación radical de políticas migratorias y de asilo asumiendo un enfoque de derechos humanos y protección y desechando la primacía del enfoque securitista y PROMOVER políticas que ayuden a las personas a sumar e integrarse en sociedades diversas.
ESTABLECER vías seguras y legales de acceso y estancia, e IMPULSAR procesos de reasentamiento, visados humanitarios y reagrupación
familiar.
GARANTIZAR para todas las personas migrantes forzadas el ejercicio de sus derechos y su dignidad, a partir del acceso a documentos legales que reconozcan su identidad y estatus migratorio, y RECHAZAR la criminalización, garantizando un acceso equitativo a la justicia y a un debido proceso legal para todas las personas migrantes forzadas, refugiadas y desplazadas.
CUIDAR de la salud física y emocional de las personas migrantes protegiéndolas de la violencia, discriminación y persecución, y ASEGURAR el acceso a condiciones laborales justas y dignas, que no se vean condicionadas por el estatus migratorio.
FOMENTAR el respeto y la valoración de la diversidad cultural en nuestras sociedades, promoviendo la inclusión , la convivencia intercultural, el compromiso de las comunidades locales, la ciudadanía global y la cultura de la hospitalidad con horizonte de reconciliación.
SALVAR VIDAS de las personas que cruzan fronteras y PROTEGER el trabajo valiente y vital de las personas defensoras de los derechos humanos que se dedican a salvaguardar los derechos de las personas migrantes forzadas, desplazadas y refugiadas en todo el mundo.
TRABAJAR en las causas que generan desplazamientos forzosos, especialmente a través de los acuerdos entre países y la cooperación Internacional para el Desarrollo, para que toda migración pueda ser fruto de una decisión libre.
ABORDA de manera integral el fenómeno de la movilidad humana, poniendo los derechos fundamentales de las personas migrantes en el centro y teniendo en cuenta un enfoque interseccional que explica las múltiples discriminaciones que sufren las personas desplazadas debido a su género, etnia, clase social o a contextos desencadenantes como el cambio climático, la desigualdad económica o la violencia armada.
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