El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Calcos) denunció el aumento de la represión y la persecución en Venezuela.
Mediante un comunicado, el grupo de trabajo aseguró que “el respeto a la soberanía popular, implica un acuerdo entre las partes, que respete los resultados de la voluntad y por el bien del pueblo venezolano”.
Clacso y la verificación de los resultados electorales
Sobre la demanda global de verificación de resultados electorales, Clacso hace un llamado para que “este proceso de verificación y auditoría puedan participar la variedad de actores políticos nacionales involucrados directamente en el evento electoral, que se cuente con el apoyo de observadores internacionales imparciales y de gran credibilidad”.
Lea a continuación el comunicado de Clacso:
Como Grupo de Trabajo CLACSO , nos hemos orientado por años a la defensa de la naturaleza y los derechos de los pueblos en todo el continente latinoamericano y del Caribe, en sí, a la defensa de la vida en sentido amplio en un constante compartir con los actores sociales. A su vez, hemos buscado ofrecer reflexiones y aportes que apunten a transformaciones emancipadoras, que puedan responder a la multiplicidad de crisis que caracterizan nuestro mundo actual, y que emerjan desde las voces, la autonomía y soberanía de los pueblos, desde abajo y con la Tierra.
Los miembros activistas e intelectuales del GT, preocupados por la actual situación de vulnerabilidad de la población venezolana, dado el contexto de crisis e inestabilidad política que vive el país, manifestamos nuestra gran preocupación por el severo incremento de la represión y persecución penal de manifestantes, descontentos por las omisiones y faltas en los protocolos y obligaciones para ofrecer transparencia en los resultados electorales. Los propios anuncios oficiales han señalado más de 2.200 detenidos en varios días de protestas. Llamamos por tanto, al respeto de los derechos humanos en Venezuela, y al cese de la represión. El descontento de la población merece ser escuchado. El respeto a la soberanía popular, implica un acuerdo entre las partes, que respete los resultados de la voluntad y por el bien del pueblo venezolano.
Extendemos un llamado para que se pueda lograr en el más corto plazo el acceso a unos resultados detallados, escrutables y auditables de las elecciones presidenciales realizadas en ese país el pasado 28 de julio. Esto tendría la capacidad de ofrecer la máxima transparencia del proceso y aclarar el panorama, que es de gran tensión política.
Llamamos a que en este proceso de verificación y auditoría puedan participar la variedad de actores políticos nacionales involucrados directamente en el evento electoral, que se cuente con el apoyo de observadores internacionales imparciales y de gran credibilidad, y que sea el Consejo Nacional Electoral (CNE) la institución que lo posibilite, en línea con sus funciones legales correspondientes. Estas solicitudes son perfectamente realizables, dado que el sistema electoral venezolano ofrece excelentes herramientas para ello.
Celebramos labores de mediación y negociación como la que han establecido los gobiernos de Brasil, Colombia y México hasta la fecha, representando un canal adecuado, aceptado y amistoso que puede contribuir tanto a destensar la grave situación, como a alcanzar acuerdos políticos, que velen por el bienestar de la población venezolana, el entendimiento regional, y sobre todo el respeto máximo y fiel a la soberanía popular expresada en las elecciones. Del mismo modo, rechazamos enfoques intervencionistas y coloniales que buscan sacar provecho de esta crisis.
Como GT, apostamos también a la necesidad de una mirada más profunda de la crisis venezolana, que nos atañe a todos, y que es parte de una amplia crisis global. Reiteramos que nuestra propuesta, inspirada en el pensamiento crítico latinoamericano, siempre estará orientada a la búsqueda de trascender toda forma de colonialidad, sea cual fuese su tendencia política, y el modelo desarrollista extractivo, destructor de territorios, ecosistemas, y de pueblos indígenas, negras, campesinas y demás pobres de abajo siempre despojados y desterritorializados.
Como parte de nuestra América Latina y el Caribe, nuestra Abya Yala, Venezuela nos duele y nos recuerda a otros intentos en el continente latinoamericano de imposición del modelo desarrollista extractivo bajo diferentes banderas. Y aplaudimos todo esfuerzo que se realice para desactivar la escalada de conflictividad, y para allanar caminos de paz con justicia social y ambiental.
Convocamos a las fuerzas sociales de la región a que se unan a este llamado a la convivencia pacífica y a la convergencia latinoamericana.
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