El médico internista e infectólogo Santiago Bacci conversó con Radio Fe y Alegría Noticias sobre la probabilidad de infección por COVID-19 en relación al inicio de clases presenciales.
Según indicó, todavía no ha empezado el «declive importante» o la desaparición del virus; por lo tanto, las medidas que se apliquen en el país deben ser progresivas dependiendo de cómo se van dando los casos. En cuanto a las clases presenciales, afirmó que representa un «gran reto para la trasmisión del COVID-19, ya que sabemos que muchos de los muchachos pueden ser transmisores cuando vayan a sus casas».
La manera de evitar contagios en las escuelas es con realización una programación consciente del uso del tapabocas, acotó. También señaló que se debe vacunar a los estudiantes que lo requieren y recomendó que las instituciones traten de reducir el contacto entre los alumnos.
«Esto ha sido una estrategia a implementar en el mundo, pero debe hacerse poco a poco», dijo el experto.
Vacunación contra la COVID-19 y la fiebre amarilla
Bacci también habló sobre el candidato vacunal Abdala, producido en Cuba, puesto que se ha advertido que no debe ser aplicada ni en jóvenes, ni en la población adulta general.
«En julio las autoridades cubanas reportaron una eficacia por encima del 90% cuando se aplican las tres dosis con 14 días de diferencia. Esta sin duda es superior al mínimo de 50% de exige la OMS (Organización Mundial de la Salud). El detalle es que solo las autoridades políticas de Cuba han apoyado la autorización. Ninguna agencia reguladora ha respaldado este candidato vacunal, ya que los ensayos clínicos están en pleno proceso y los resultados no han sido publicados formalmente en revistas de prestigio», explicó el infectólogo.
Por tal motivo no han sido analizados para la aprobación. Esto dio pie a que la Academia Nacional de Medicina expresara su preocupación por la aplicación de las vacunas candidatas cubanas. La misma academia afirma que debe considerarse como un producto experimental hasta tanto no esté los datos seguros.
Por otro lado mencionó los casos de fiebre amarilla comprobados por la Organización Panamericana de la Salud. El médico sostuvo que en el país debería haber una vacunación próxima del 90%. Sin embargo, en la zona metropolitana «estamos a un alrededor de un 45%».
Bacci recomendó que se aumente la vacunación contra la fiebre amarilla en zonas de riesgo, tal como recomendó la OMS, puesto que el indice de mortalidad circula entre el 30 y 40%.