La Comunidad Flor de Jesús, ubicada en el municipio Guajira, al norte del estado Zulia, padece escasez de agua potable, alimentos y electricidad.
El agua representa un riesgo para la salud de los habitantes de este sector fronterizo. Más de 300 familias utilizan los pozos artesanales para la adquisición de agua para cubrir sus necesidades personales y domésticas ante la falta del servicio.
Habitantes manifiestan que durante años han utilizado esta medida para el consumo; así mismo declaran que solo algunos pozos son tratados mientras que la mayoría son utilizados sin ninguna medida de desinfección.
Sin alimentos
El hambre es un drama que aqueja al sector. Lizmary Palmar expresó que “nosotros estamos necesitados de alimentos… La gente sufre mucho, no hay casi comida”, situación que obliga a las amas de casa a salir de sus hogares y dejar a sus hijos para buscar algo de comida.
La señora Fanny, habitante de la comunidad, contó a Radio Fe y Alegría Noticias que ante esta situación pasa días sin comer. “Aquí aguantando hambre, a veces que los muchachos pasan el día sin comer , p. Para calmar el hambre preparamos harina y azúcar en la cena o almuerzo. Así es como estamos, estamos sin desayuno”, agre´go.
Realidades como esta viven los habitantes de la comunidad Flor de Jesús del municipio Guajira. Vecinos manifiestan que la bolsa de alimentos perteneciente al programa alimentario de Mercal es insuficiente pues llega cada dos o tres meses y no cuenta con todos los rubros para cubrir sus necesidades.
“Las navidades fueron un día normal. Para nosotros no hubo cena ni juguetes para los niños. Esperaba un día diferente pero no se dio, es lamentable nuestra situación”, dijo la señora.
La salud es un lujo
“Aquí nos queda cerca el Hospital Binacional de Paraguaipoa, pero de nada sirve ir hasta allá, ya que muchas veces nos toca comprar medicamentos e insumo si nos enfermamos. Nos toca aguantar la dolencia o asegurar 50 mil pesos», expresó la señora Lizmary Palmar.
Sin transformador
Los habitantes solo pueden utilizar los bombillos durante las noches ante el déficit eléctrico.
Esta comunidad lleva dos meses sin transformador debido a los constantes bajones en el municipio.
El abastecimiento de agua para el consumo se ve afectado por esta situación ya que se imposibilita la extracción de los pozos con bombas. Algunos vecinos utilizan tobos y solo algunos cuentan con plantas eléctricas.
Para mantener la máquina funcionando se necesitan dos mil pesos para una pipa de combustible. Algunos usan carretillas o burros para trasladar las pimpinas de agua de un lado a otro.
“Tenemos dos meses que se nos dañó el transformador. Ahorita estamos arrimados en el poste de la comunidad de Bella Vista, y con eso apenas podemos encender un bombillo o la nevera. El ventilador lo tenemos de lujo ya que no hay fuerza para que prenda. Hemos solicitado a la alcaldesa pero hasta hoy no tenemos respuesta”, expresó Amelia González, una mujer Wayú de 50 años de edad.
Por su parte, Johana Oñate manifestó que la oscuridad le hizo salir de su casa y mudarse donde su mamá pues tiene dos meses sin luz. “Tengo dos niños pequeños y aquí hay mucha plaga, no quiero exponer a mis hijos con tanto zancudo”, se lamentó la señora.
Los habitantes de la comunidad ven cómo sus problemas se agravan cada día. Necesitan un servicio eléctrico eficiente para poder prender las bombas y sacar agua limpia de los pozos. También necesitan luz para garantizar el funcionamiento de los equipos del hospital de Paraguaipoa.
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