Cortes eléctricos afectan al Hospital Universitario de Mérida

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Foto: cortesía

La asociación civil de Promoción, Educación y Defensa de Derechos Humanos, Promedehum, presentó el balance mensual «Mérida se apaga», relacionado con la suspensión del servicio eléctrico durante el mes de agosto.

Según el balance, el Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes, principal centro de salud del estado Mérida y centinela ante la COVID-19, pasó, en promedio, 30 horas sin energía eléctrica «bien sea por no haber o por voltaje no adecuado».

Igualmente, en la parroquia El Llano, municipio Libertador, donde se encuentran tres laboratorios clínicos y nueve centros de salud, se vieron vulnerados ya que «no forman parte de los sectores priorizados con suministro constante de electricidad, poniendo en riesgo la salud y la vida de las personas atendidas en estos centros».

Sobre la situación general reseñada por la organización, zonas del estado Mérida pasaron más de 142 horas sin luz, lo que equivale a casi 6 días sin suministro eléctrico.

Comparando los datos del mes de agosto con los de julio, el reporte reveló que, mientras en algunas comunidades las horas sin luz disminuyeron, otros sectores no corrieron con la misma suerte.

Las comunidades donde disminuyeron las horas sin electricidad fueron: en la parroquia Osuna Rodríguez (municipio Libertador) de 135 horas sin luz en julio a 122 en agosto, con una disminución de 9,63%. En parte de la urbanización Los Sauzales (parroquia Mariano Picón Salas) de 130 horas en julio a 112 en agosto (-13,85%).

En los municipios del páramo, Rangel (Mucuchíes) pasó de 166 horas sin electricidad en julio a 146 horas en agosto (-12%) y Cardenal Quintero (Santo Domingo) y Pueblo Llano, la disminución fue de 28,64%, pasando de 199 horas sin electricidad en julio a 142 en agosto.

En la comunidad de La Joya (parroquia Arias) sus habitantes estuvieron sin servicio eléctrico durante 146 horas, un 2,82% por arriba del promedio de la entidad. 

Promedehum desarrolla este monitoreo con veedores voluntarios, los cuales realizan un seguimiento a las fallas del servicio en 10 localidades del estado andino.