Cota 905 es resultado de la descomposición moral

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El profesor y criminólogo Hernán Matute explicó que lo sucedido en la Cota 905 es consecuencia de la descomposición que existe en los cuerpos de seguridad del país.

En conversación con Radio Fe y Alegría Noticias, relató que en el lugar operan unas 5 o 6 bandas que se dedican al robo de vehículos, por lo que un operativo de chequeo representa una vulnerabilidad para quienes se lucran con esa actividad delictiva.

«Si hay allí un punto de control donde se están chequeando los papeles de los carros, eso puede traer una vulnerabilidad para quienes trafican con partes y venta de carros robados. Por supuesto eso generó una acción contra los cuerpos policiales», dijo.

Insistió en la descomposición moral que viven, compartiendo que no es la primera vez en ese lugar que la llamada telefónica de un líder criminal a «altos políticos», consigue que los efectivos suspendan sus operativos de seguridad.

Afirmó, además, que tienen información de que los mismos agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas expresaron su descontento ante la orden de retirada, cuando lo que esperaban era el envío de brigadas de apoyo para repeler a los delincuentes.

«Los mismos funcionarios policiales comentaron a través de sus teléfonos, de sus mensajes, su desacuerdo con tener que retirarse por órdenes superiores», dijo.

Sobre los rumores de que alias «Coqui» estuviera detrás del ataque, manifestó que no está seguro de que se trate de una sola persona. A su parecer, en el sector opera toda una estructura delincuencial más compleja.

Zonas de paz no convencieron

Recordó las «zonas de paz», firmadas en el año 2013 por el entonces viceministro de seguridad, José Vicente Rangel Ávalos, quien en agosto de ese año informó haberse reunido con cerca de 280 bandas para reformar a jóvenes delincuentes e integrarlos en diversos trabajos productivos.

«Estableció una especie de acuerdo de convivencia entre el gobierno y los sectores delincuenciales de esa zona. Estoy repitiendo lo que los propios vecinos señalaron, que no era posible que delincuentes establecieran un convenio de convivencia con las autoridades», sentenció.

Consideró que las denominadas «zonas de paz» se convirtieron en «nichos de criminalidad» y en una pérdida de tiempo porque fueron mal ejecutadas: «hubo un mal enfoque de inicio, fue mal concebido, porque las zonas de paz se hicieron haciendo un acuerdo de paz entre comillas, entre delincuentes y gobierno, cosa que no existe en ninguna parte del mundo».

Matute explicó que el problema de situaciones como la vivida en la Cota 905, es que la comunidad normaliza ese tipo de eventos, rindiéndose ante la vulnerabilidad, el desconcierto y la desesperanza.

Explicó que a eso se suma el hecho de que los grupos criminales terminan demostrando que tienen más poder que los cuerpos policiales y una mayor influencia política, punto de vista que es necesario revertir.

«Hay que comenzar con un plan de limpiar no solamente el contenido político e ideológico de cara a la criminalidad. No puedes llegar a acuerdos con quienes cometen actos criminales», concluyó.