Cronología de una crisis eléctrica sin fin

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Foto: Archivo.

El 25 de diciembre de 2017 la mayoría de los marabinos recibieron al niño Jesús sin luz. Desde hace meses se registraban cortes eléctricos, pero esta fue la gota que rebasó el vaso.

Los platos típicos navideños no se pudieron disfrutar. Los zulianos se comieron las hallacas frías esa noche, y los niños no pudieron abrir los regalos que estaban debajo del arbolito de navidad. A partir de ahí, se desencadenó una crisis eléctrica en el Zulia, que hasta hoy no se ha resuelto.

De acuerdo con Corpoelec, la falla eléctrica se debió al robo de cableado en la subestación Punta de Palma, municipio Miranda, que a su vez afectó la subestación de Cuatricentenario.

La ciudad de noche parecía una feria de fuegos artificiales, pero no: no había nada que celebrar. Eran subestaciones y transformadores explotando entre casa y casa.

Lo que ocurrió luego es parte de las consecuencias del poco mantenimiento de las instalaciones. En algunos casos, guayas incendiadas entraron en casas provocando incendios y dejando ciudadanos sin artefactos eléctricos, pero peor aún: con miedo por sus vidas.

Mientras tanto, según el ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez, desde su ministerio se han entregado subestaciones “nuevas de paquete”. También mencionó que se repararon aquellas que habían quedado “destruidas y quemadas”.

Desde entonces la situación eléctrica lejos de mejorar, empeora: en algunos municipios rurales como la Guajira y Machiques de Perijá, los habitantes se sorprenden cuando tienen luz, como quienes descubren algo por primera vez. En Maracaibo se registran cortes eléctricos de hasta 12 horas. ¿Quién pueden creer que entre los meses julio y agosto las personas pasaron más de la mitad del día sin poder disfrutar del sueño, de un aire acondicionado, de utilizar un celular?

Y todo, sin poder tomar previsiones, pues es muy difícil descifrar cuándo se irá la luz.

El 2 de julio las autoridades informaron que en el estado Zulia se aplicaría un plan de administración de carga -como ellos lo llaman-, el cual se implementaría por sectores organizados y con horarios rotativos de cuatro horas. Pero días más tarde, el 11 de julio, el ministro Motta Domínguez dijo durante una rueda de prensa que el plan de racionamiento eléctrico sería de 4, 6 y hasta 8 horas. “Las necesarias”, afirmó.

Se manejan muchas hipótesis del colapso eléctrico en la región zuliana, pero ¿cuál es la causa predilecta del gobierno regional? El primer lugar lo ocupa los famosos, y ya no tan creíbles, presuntos sabotajes. Otra causa, según el secretario de gobierno Lisandro Cabello, sería el equinoccio ya que durante este evento climático, el sol se encuentra más cerca de la tierra, y por supuesto del Zulia, una región históricamente calurosa. “Alcanzó temperaturas que afectaron el sistema eléctrico”, indicó Cabello.

Motta Domínguez también siguió este hilo de ideas sobre las condiciones climáticas. Expresó que éstas pueden causar fallas en el sistema eléctrico debido a las descargas atmosféricas, es decir, rayos y centellas… aunque existen pararrayos en las distintas centrales y estaciones.

Asimismo, mencionó los fuertes temporales y las lluvias torrenciales que, según él, pueden resquebrajar árboles y ramas que caen sobre las líneas de alta tensión.

Después, Juan Romero, Secretario de Asuntos Fronterizos, le adjudicó el problema al ex gobernador Francisco Arias Cárdenas.

Por un lado, las autoridades no se ponen de acuerdo entre ellos sobre qué versión dar de los hechos; por otro, los zulianos pagan las terribles consecuencias de este mal, que no parece estarse resolviendo.

Los comercios en la ciudad de Maracaibo han registrado pérdidas millonarias. Se han dañado productos que necesitan refrigeración, como lácteos, carnes. Incluso el hielo para tomar agua fría escasea durante esta crisis.

Los cortes eléctricos también afectan a las entidades bancarias, y es que muchos abuelitos han tenido que devolverse a sus casas sin un centavo en los bolsillos de sus pensiones, porque en el banco se va la luz y deben volver al día siguiente.

Por otra parte, las fluctuaciones eléctricas han afectado los surtidores de gasolina, que se tardan en reiniciarse hasta 10 minutos cada vez que hay un bajón, provocando largas colas en las estaciones de servicio.

¿Cuáles han sido las promesas de las autoridades?

El 18 de mayo, el gobernador Omar Prieto recibió una turbina traída desde Sidor, estado Bolívar, que le daría a la termozulia 150 megavatios para estabilizar el sistema eléctrico. Esto se sumaba a un plan de reparaciones de más de dos meses que implicaba 400 megavatios de la interconexión del Lago de Maracaibo, y trabajos en el Puente Gral. Rafael Urdaneta que suman un total de 700 megavatios entre las dos conexiones. Asimismo, en la planta Ramón Laguna se repararon empacaduras de algunas bombas de agua para poder agregar al sistema eléctrico 80 megavatios más.

Prieto aclaró que la demanda del estado Zulia, en los picos más altos, es de aproximadamente 1700 megavatios, por lo que también se incorporarían al sistema eléctrico dos proyectos que faltan por concluir: la termoeléctrica de carbón en el Municipio Guajira con 450 megavatios; y la termoeléctrica con diesel que se instalaría en la rivera del lago de Maracaibo con 500 megavatios.

El 11 de junio, el vicepresidente de Corpoelec, Francisco Martín, prometió que el problema se resolvería en dos meses, asegurando que, en apenas tres semanas, ya tenían resultados “altamente positivos”. Sin embargo, pasó la fecha y nada cambió.

El 10 de agosto colapsó el cableado eléctrico que pasaba por el puente sobre el lago Gral. Rafael Urdaneta. Durante el suceso, las telefonías móviles prácticamente eran inexistentes: Movilnet estuvo más de 4 días sin funcionar.

Recientemente, el mandatario regional afirmó que el sistema eléctrico era afectado por la minería digital en la zona norte de Maracaibo, debido a la gran cantidad de energía que se necesita para el funcionamiento de los equipos que realizan esta función.

A raíz de estos hechos, se empezaron a despertar protestas de calle en toda la ciudad. Ya no importaba estatus social ni sector: a todos se les iba la luz.

Los zulianos todavía “gozan” del plan de administración de carga, el cual en más de una ocasión, las autoridades hicieron creer que se acabaría. Por el contrario, todavía se está a la espera de que se hagan los mantenimientos pertinentes para que, al menos, se pueda tomar agua fría.

Cuesta creer que Maracaibo fue la primera ciudad en Venezuela en tener electricidad, porque desde hace meses dejó de brillar.

Por Nazaret Torres Padrón