Daniel Ramos ha tenido muy pocas oportunidades de comprar un pollo en Tucupita porque el dinero que logra reunir entre toda su familia, no le alcanza para mantener un consumo más frecuente.
No obstante, en casa han acudido a la iniciativa de racionamiento de, incluso, los pedazos de este alimento.
En su casa son 10 personas y aunque la mayoría de ellos perciben un ingreso monetario, es apenas de un sueldo mínimo equivalente a unos 4 dólares al mes, dependiendo de la tasa de cambio del día.
Un pollo entero puede superar los 500 mil bolívares, superando el monto que puede cobrar un trabajador en Delta Amacuro, donde la mayoría depende de las nóminas gubernamentales.
Ramos revela que, cuando pueden comprar un pollo, lo deben picar en trozos muy pequeños para que así alcance para las diez personas, y que además pueda estirarse para más almuerzos. Esta maniobra la complementa con la incorporación de verduras y aliños baratos.
“Si se compra un pollo, eso lo picamos lo más pequeño y le agregamos bastante lo que es verdura, papa, yuca, ocumo. Cuestiones de vegetales que vayan a paliar la mesa de la familia”, dijo el deltano la mañana del martes 05 de mayo del 2020.
En su casa han estado comiendo mal. Por ahora, acuden al racionamiento, cada día intentan estirar sus despensas. Son días difíciles para la familia Ramos.
En cambio, un docente que fue abordado a propósito de las alternativas a las que recurre para poder rendir sus productos alimentarios, manifestó que es difícil “estirar” la comida con aliños y vegetales, porque tampoco cuenta con los recursos necesarios para adquirirlos.
“Para rendirla es difícil, porque lo que son los aliños, las zanahorias, las papas, todo eso está caro también”, dijo.
Por otra parte, Juvenal Rondón, un abuelo que vive en el sector Deltaven, frente al gimnasio cubierto de Tucupita, manifestó que no puede comprar los productos proteicos con su pensión.
Sin embargo, aclaró que tiene un conuco donde cosecha frijoles, chicharos y yuca. Así es como hace rendir su comida diaria.
