Familiares de Aslenys Rangel Fernández, la joven wayuu que murió el pasado domingo luego de que miembros del Ejército abrieran fuego cerca de la comunidad donde vivía en la Guajira, se negaron a hacer los procedimientos correspondientes para una denuncia ante la fiscalía.
La razón, según ellos, es la falta de respuesta a las muertes que han quedado impunes en los últimos años en esta región zuliana.
“Aquí no funcionan las leyes. ¿Cuántos muertos ha tenido la Guajira por los militares? Muchos y aquí nadie da respuesta”, expresó uno de sus familiares.
Miembros de la comunidad afectada, que quedaron en medio de la balacera de este domingo, pidieron audiencia a la 13 Brigada de Infantería, para conversar con el General Marlon Fajardo y denunciar que esta situación ha sido reiterativa.
La petición al general dio apertura a una reunión en la que sus familiares acusaron a la comisión del Ejército disparar ráfagas de tiros hacia las casas, lo que provocó la muerte de Rangel Fernández, quien tenía 28 años. Los disparos fueron ejecutados por funcionarios luego de que un camión 350 que regresaba de Colombia, presuntamente luego de contrabandear, intentara tomar una vía alterna.
El General Fajardo manifestó a los familiares que los militares que integraban la comisión que disparó se encuentran detenidos en la brigada, mientras se hace una investigación en la que se ha solicitado la presencia del Cicpc y de la inteligencia militar para iniciar las investigaciones correspondientes.
