El pasado jueves 16 de febrero, los gobiernos de Venezuela y Colombia firmaron el Acuerdo de Alcance Parcial nº 28 para restablecer las relaciones comerciales bilaterales.
Para conocer los detalles sobre el acuerdo, Radio Fe y Alegría Noticias a través del programa De Primera Mano conversó con el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Luigi Pisella, quien detalló que en este nuevo acuerdo se favorece la igualdad de condiciones de intercambio comercial.
Es un avance igualar el país con Colombia, puesto que en el acuerdo anterior (firmado en 2011) la balanza le favorecía al país cafetero con un 90 % de beneficios.
A opinión de Pisella, era «totalmente asimétrico» porque Colombia podía enviar productos a Venezuela exentos de impuestos, mientras que aquí los únicos productos beneficiados a entrar al país vecino, con facilidades arancelarias, eran los que derivaran del petróleo o de la industria petroquímica.
«Ahora, lo que se trata es balancear el acuerdo y que los productos venezolanos entren con las mismas condiciones de Colombia», resaltó.
Mencionó que para este nuevo acuerdo se tomó en consideración las propuestas de la Cámaras Sectoriales, se levantó la producción nacional y la oferta exportable, se acordó la protección y promoción de inversiones; además, se estableció revisar cada seis meses los acuerdos.
«Un alto porcentaje de la oferta exportable se va a ver reflejado en este Acuerdo de Alcance Parcial. Es decir queu se van a exportar a Colombia (productos) con mejoras y condiciones arancelarias. (Igualmente) se espera un marco jurídico de manera tal que las inversiones que existen se vean protegidas», comentó.
Los acuerdo están, falta acción
El presidente de Conindustria considera que la oportunidad de mejorar el Acuerdo de Alcance Parcial para que ambas industrias tengan las mismas condiciones ya existe, pero falta es «trabajar para que la industria nacional sea competitiva» frente a otros países.
«Nosotros hoy no somos competitivos por diferentes razones. Una de ellas es que utilizamos una capacidad instalada de 38 %, cuando Brasil y Colombia utilizan entre 80 y 82 %», apuntó.
Dijo que además a un mes y medio de abrirse formalmente la frontera, no se ha logrado formalizar todo el comercio y hay retrasos en los procesos legales.
«Hay muchos productos que entran de manera ilegal al país y causan daño a la industria nacional», afirmó.
No obstante, dijo que hay altas expectativas de que al ponerse en marcha los proyectos, empiecen a ver los beneficios económicos. Se espera duplicar los ingresos binacionales del año pasado y estiman cerrar el 2023 con ingresos superiores a los 2 o 3 mil millones de dólares de intercambio comercial.
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