Luego de las protestas protagonizadas por pescadores artesanales anzoatiguenses a comienzos de este año 2022, el posterior registro en el Sistema Patria y carnetización de las comunidades pesqueras por parte de Insopesca y la Corporación de pesca y Acuicultura del estado a mediados de febrero, los marinos guanteños fueron surtidos de combustible este 26 de marzo.
Después de 4 meses con sus embarcaciones encalladas por falta de combustible, los motores fuera de borda de estos peñeros nuevamente revivieron con la combustión de la tan anhelada gasolina.
Sin embargo, protestas como la realizada este 29 de marzo por pescadores de los sectores Maurica y Fernández Padilla de Barcelona, pone en evidencia que la distribución hasta ahora no se ha materializado en todos los consejos de pescadores artesanales de la zona norte de Anzoátegui.
Subsidio sigue siendo insuficiente
Para José Gabriel Bárcena, vocero del consejo de pescadores y acuicultores artesanales Hugo Chávez, ubicado en el municipio Guanta, 120 litros resultan insuficientes para asegurar una producción en el mar.
Esto porque hay que tomar en consideración que se debe ir a surtir desde Guanta a Las Marinas Américo Vespucio o Imbuca, ubicadas en Puerto La Cruz y Lechería respectivamente.
Los pescadores alegan que nada más en ir a buscar el subsidio «se van unos 15 litros», a esto se le suma que no todos los días son igual de productivos en el mar.
«Queremos que el suministro sea continuo porque estamos en plena temporada de lo que es cojinúa y caballa, y lo que buscamos es elevar la producción», resaltó el vocero a través de Radio Fe y Alegría Noticias.
De acuerdo con los trabajadores del mar consultados en la comunidad de Juan Pedro, en tiempos donde no existía ningún tipo de restricción con el carburante eran capaces de garantizar una producción de 2 a 3 toneladas de pescado semanal, números que se fueron al piso durante el tiempo de paralización de las embarcaciones.
La cantidad requerida de combustible varía de acuerdo a la modalidad de pesca, explicaron los hombres de mar. Para una embarcación que pesca con red se necesitarían de 700 a 800 litros al mes ya que se requiere monitorear el desplazamiento del cardumen. En cambio, para la pesca de fondo o a cordel se requerirían de 500 a 600 litros por mes.
El acuerdo de subsidio está basado en la modalidad de «arrime», es decir, cada propietario de peñero debe entregar de 4 a 8 kilos de pescado semanal a las autoridades que regulan la actividad pesquera. Esta proteína tendría como destino refugios, instituciones educativas y poblaciones vulnerables, entre otros.
Necesidad del apoyo gubernamental
Las embarcaciones remendadas, motores de vieja data minados de salitre, muchos de ellos paralizados, sumado a la carencia de otros implementos para la faena, hace necesaria la ayuda gubernamental para quienes esperan poder seguir contribuyendo con la soberanía alimentaria de la región.