“Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, y el vergel parecerá un bosque. Aquel día, oirán los sordos la palabra del libro; sin tinieblas y oscuridad verán los ojos de los ciegos. Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor, y los pobres se llenarán de júbilo en el Santo de Israel; porque habrá desaparecido el violento, no quedará resto del cínico; y serán aniquilados los que traman para hacer el mal: los que condenan a un hombre con su palabra, ponen trampas al juez en el tribunal, y por una nadería violan el derecho del inocente… Los insensatos encontraran la inteligencia y los que murmuraban aprenderán la enseñanza” Isaías 29, 17-24
Resulta innegable la invaluable trayectoria humana, profesional y académica que caracteriza la figura insigne del docente, que lo convierte por antonomasia en una genuina reserva moral de la institución educativa y del Estado venezolano en toda su estructura funcional; por lo que las exigencia morales y el compromiso ético se afincan en que se les reconozca su esfuerzo, trabajo, dedicación y vocación de servicio; y por consiguiente que sean valorados y justamente remunerados por las instancias competentes gubernamentales.
I) Restricciones para aprender y producir conocimiento (a)
“El desenvolvimiento histórico de la Universidad en Venezuela ha estado enmarcado por el devenir político y económico del país. En la actualidad la universidad ha sido afectada por las políticas económicas e ideológicas gubernamentales que han sometido a los presupuestos de las Universidades a recortes y a la eliminación de programas y proyectos de docencia, investigación y extensión. Se ha desmejorado el sueldo, los beneficios, seguridad e incentivos del personal que labora en las Universidades y que influye directamente sobre la calidad y desarrollo de lo que debe ser la Universidad y el rol del profesor universitario.
Por otra parte, el panorama del país poco alentador y esperanzador ha causado una alta emigración de docentes, estudiantes y demás personal que labora en las Universidades. Como reseña un medio de comunicación social “la educación parece no ser una prioridad”. La educación no aporta la seguridad ni para los educandos ni para los que educan.
La “educación superior se agrieta y se rompe” y la vida del país se vuelve una circunstancia de sobrevivencia. La posibilidad de hacer investigación, postgrado, asistir y participar en congresos y eventos nacionales e internacionales, actividad ineludible y que servía de incentivo al profesor universitario, es misión imposible.
La interrupción constante de las clases y la casi obligatoria reducción de horario por la problemática de paros, transporte, inseguridad, manifestaciones y protestas han aumentado el abandono de los estudiantes a las universidades públicas, quienes debido al alto costo de la vida no pueden darse el lujo de perder tiempo. También es importante resaltar que un gran número de jóvenes deben trabajar sin haber culminado sus estudios para poder ayudar con la manutención de su hogar, por lo que deben compartir sus labores de estudiantes con el trabajo o sencillamente abandonar los estudios, porque en esta Venezuela la prioridad es sobrevivir. Puedo seguir mencionando un sinfín de situaciones que hacen casi imposible la hermosa labor de aprender y producir conocimiento…”
II) El saber es peligroso (b)
“La crisis económica no sólo está destruyendo nuestro presente, sino que también está acabando con el futuro: la deserción universitaria se ha incrementado en los últimos tiempos, ya que una parte nada despreciable de jóvenes, se están viéndose obligados a sacrificar su preparación académica para poder hacerle frente a la crisis. El ausentismo a clases está llegando a 60%. Esta sociedad está encaminada a la destrucción porque su futuro no le ve sentido a la formación académica. Si nos quedamos sin profesionales debidamente formados, imagínate qué nos depara el mañana.
Entre 30% y 50% de los catedráticos que ocupan cargos académicos en las universidades nacionales, se está marchando de Venezuela. No les alcanza el sueldo para la atención de sus necesidades más elementales. Solo pocos se pueden vestir decentemente para trabajar en el aula. Hay entre 30 y 50 renuncias por cada año en el área de la docencia, sin que se encuentren los reemplazos adecuados.
El saber es peligroso. La ciencia puede ser un arma susceptible de preocupación. Los libros de las ciencias blandas y de las ciencias duras que se mandan a leer en las universidades, causan pánico en las alturas del poder. Los profesores universitarios que hacen su trabajo con seriedad pueden ser comparados como unos conspiradores. Cuando la juventud crece en la parcela de la autonomía del pensamiento y en la labranza de las polémicas animadas por sus tutores, la dictadura topa con un antagonista formidable…”
Sea oportuno recalcar que la educación proporciona “las capacidades y conocimientos críticos necesarios para convertirnos en ciudadanos empoderados, capaces de adaptarse al cambio y contribuir a la sociedad” (ONU).
En relación a ello de las obras del insigne Paulo Freire (1921-1927) se extrae: “enseñar no es transferir conocimiento, sino crear las posibilidades para su propia producción o construcción. La alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado”. Consecuentemente, “cuanto más pienso en la práctica educativa y reconozco la responsabilidad que ella nos exige, más me convenzo de nuestro deber de luchar para que ella sea realmente respetada”. En síntesis: “enseñar exige respeto a la autonomía… una educación que nos enseñe a pensar y no una educación que nos enseñe a obedecer”.
(a) Dra. Díaz Casique, A. Discurso como oradora de orden. Día del Profesor Universitario. Acto de ofrenda floral ante el busto del Libertador Simón Bolívar. Fecha: 5-12-2017
(b) Ing. Moreno Márquez, J. Discurso como orador de orden. Día del Profesor Universitario. Acto de entrega de entrega de reconocimiento a los profesores de la Unet. Fecha: 5-12-2017.
Fuente: “Perspectiva Económica y Académica Contemporánea”. UNET. Años: 2018 al 2020.
Pedro Morales. [email protected] @tipsaldia