Educación a pie

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Foto: Archivo.

“¿Y cómo llegas al colegio?”, le pregunté a una profesora, y me dijo que tomaba un bus en San Cristóbal, hasta la mitad del trayecto, y luego si tenía suerte, agarraba una cola, pero la mayoría de las veces caminando una hora. Más tarde, la directora del centro me dijo que su caso no era el único, la mayoría caminaba, unos más otros menos.

Estuve una semana en el Táchira, y testimonios como el de esa profesora, se repitieron en otros colegios. Pero veamos los datos que la Red de observadores escolares, de la organización Con la escuela, que monitorea más de 70 planteles en varios estados del país, este informe es del 2022, y después de encuestar a 329 docentes, a la pregunta de cómo llegan a sus centros de trabajo, 12% contestó que en cola, y 48% respondió que a pie, en unos estados como Lara, más que en otros, y un 43% mezcla otra vía y la caminata. ¡Eso es tremendo! Más si le agregamos que muchos docentes no pudieron comprar zapatos el año pasado.

Si vemos en otro informe de Con la escuela, sobre la situación de los estudiantes, el 23% de los alumnos que van a las escuelas que monitorea la organización, falta a clases por problemas de transporte. Muchos caminan.

¡Es terrible! Esos datos son del 2022, es muy posible que se hayan agravado en el 2023.

Pero cuando titulo esta columna que la educación venezolana va a pie, no me refiero sólo a lo literal:  docentes y alumnos caminando para llegar a los centros educativos, me refiero también a lo lento que van las medidas que se debieran tomar para tener de verdad una educación inclusiva, integral y de calidad, como lo dice el Artículo 103 de la nuestra Constitución.

Mencionemos sólo algunos.

Caminando muy lentamente, el mejoramiento de la infraestructura escolar de las escuelas públicas, el 86% del total. ¿Cuántas se han recuperado? El ambiente también educa o deseduca. Da dolor ver el estado de los planteles públicos. No hay cultura de conservación. Eso también se enseña.

Caminando o mejor dicho, detenida, cualquier campaña para recuperar a los que se han ido de las aulas. Tenemos millón y medio de la población en edad escolar – desde la educación inicial a la universitaria, fuera de las aulas. ¿hemos escuchado de alguna campaña, algún esfuerzo, por recuperar a esos que se han ido?

Caminando, y casi detenido, el esfuerzo por actualizar a los docentes que aún están en las aulas. Tienen que actualizarse, tener herramientas para poder educar con entusiasmo, para responder a las nuevas necesidades de la educación de este siglo.

Lo anterior influye en la calidad de la educación y también en el abandono escolar, pues según ENCOVI, muchos adolescentes dejan el liceo por desinterés, porque no ven sentido a seguir estudiando. ¡Esto es muy grave!

Muy lentamente también, detenido, el aumento salarial digno para los docentes, cumplir con el Artículo 91 de la CRBV, según el cual los trabajadores deben ganar un salario que les permita cubrir sus necesidades básicas y las de su familia.  Las protestas no han cesado desde enero, y nada de anunciar un aumento para el personal docente. Seguirán las renuncias, y sin maestro no hay escuela, sin maestros no hay ni educación presencial ni a distancia.

Uno la verdad, cada vez admira más a las familias que hacen tanto esfuerzo para que sus hijos sigan estudiando y a esos educadores que perseveran, subsidiando muchos de ellos su vocación, pues en el turno contrario, buscan otra ocupación, a veces sin tener nada que ver con su profesión, para tener ingresos que les permitan sobrevivir y poder mantenerse en las aulas.

Sin educación, no hay presente ni futuro para los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, ni tampoco un país sale de una crisis sin educación.

La campaña que Fe y Alegría está haciendo en todo el país para hacer una gran alianza por la educación, tiene mucho sentido para salvar la educación y para no seguir a pie. Todos podemos hacer algo.

Luisa Pernalete es profesora e integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría y de la Red de Convivencia y Ciudadanía. @luisaconpaz

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