La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, en inglés) autorizó este jueves 13 de julio, la administración de una tercera dosis de las vacunas contra la COVID-19.
La administración será con Pfizer y Moderna a las personas inmunodeprimidas, es decir, con sistemas inmunológicos más débiles.
Según este ente regulador, se trata de un «grupo pequeño» de gente, que cuentan con trasplantes de órganos o «aquellos a quienes se les se considera que tienen un nivel equivalente de inmunodepresión».
La FDA enmendó así sus autorizaciones de emergencia para estas dos vacunas, que aún no están formalmente aprobadas aunque se utilizan desde diciembre de 2020.
«Después de una revisión exhaustiva de los datos disponibles, la FDA determinó que este grupo pequeño y vulnerable puede beneficiarse de una tercera dosis de las vacunas Pfizer-BioNTech o Moderna», indicó la comisionada interina de la FDA, Janet Woodcock.
La funcionaria citó que la pandemia está afectando a Estados Unidos y el «riesgo particular de contraer una enfermedad grave» que corren las personas inmundoprimidas.
La OMS pidió una moratoria mundial para la tercera dosis
La FDA subrayó que el resto de las personas siguen «adecuadamente protegidas y no necesitan una dosis adicional de la vacuna COVID-19 en este momento».
Este aviso llega cuando algunas personas en EE.UU están aprovechando la falta de controles rigurosos para recibir una tercera dosis sin que esté aprobado ni recomendado por las autoridades.
Estados Unidos se une así a otros países europeos e Israel que han anunciado que empezarán a administrar una tercera dosis a población de riesgo.
Según los datos oficiales de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, un 59,2% de los estadounidenses ha recibido al menos una dosis, y un 50,2% la pauta completa.
Fuente: EFE