El Prof. Juan José Jaramillo tiene los 81 años más ligeros que podamos ver, en absoluto le pesan. Así como liviano es su andar, también lo es su pensamiento.
Vuela en alas de jilguero y da puntadas a la página, con ritmo y precisión de pájaro carpintero. Es por ello que, en tiempos de crisis, atesora más libros sin publicar que aquellos que han visto la luz.
Esa cuantiosa obra, que abarca temas disimiles como física y matemática, ciencias exactas de las cuales confeccionó problemarios y el cuento sobre un virus similar al COVID, los últimos años se ha decantado a la historia de su pueblo de adopción, la capital del estado en que nació, Tucupita, la princesa del Manamo.
Con textos historiográficos de fácil lectura y digestión, con multiplicidad de datos probados y comprobados, ha sido la pluma casi solitaria que recordó cuán importante es dejar un legado escrito de nuestro estado.
En vísperas del concurso convocado por la Cámara Municipal, para la escogencia del cronista de la ciudad, cargo vacante los últimos años, el docente jubilado con honores y dirigente gremial, sintió que llegó su hora.
Para demostrar hasta qué punto está compenetrado con la profesión, nos concedió una entrevista ilustrando cual traje usa un cronista y de qué forma a él, le calza a la perfección.
Las próximas líneas son un breviario sobre la materia.
¿Cuáles condiciones, desde su perspectiva, debe reunir un cronista; las cualidades, por así decirlo?
Eso está establecido en la ley, el perfil que debe tener un candidato que aspire ser cronista de un municipio. Primeramente, debe ser escritor, porque su función es escribir, narrar, relatar los hechos, describir las instituciones, los hombres y las mujeres de la ciudad o del municipio.
Tiene que ser historiador, porque debe contar la historia de la ciudad; requiere ser pedagogo, porque forma parte de un proceso educativo, recuerda que va a enseñar sobre la ciudad, va a enseñar sus hechos históricos; tiene que ser periodista, porque debe hacer muchas entrevistas y esa es función de un periodista; es decir, un cronista debe tener un perfil múltiple, ejercer varias profesiones simultáneamente.
Por último, debe poseer educación superior, contar con un título de licenciado, de doctor, de comunicador. Es el perfil, aun incompleto, que debe tener un aspirante a cronista de la ciudad.
Van tantos años sin cronista, que ya comienza uno a pensar que no hace falta. ¿Por qué es necesario el cronista y por qué es necesario que Tucupita, capital del estado, lo tenga?
En toda Venezuela, Tucupita es una de las poquísimas ciudades que no tiene cronista, recuerda que el primer cronista de Tucupita fue el señor Cruz José Marín, después vino Oswaldo Brito y desde la muerte de Oswaldo, Tucupita quedó sin cronista.
Es importante el cronista, porque es el que va registrar para las futuras generaciones, el pasado del proceso social, político, cultural y deportivo de la ciudad.
Aquí hay una cantidad enorme de hechos sin plasmar. Tú buscas la información y no la hay, porque no hay nadie que lleve un registro formal del acontecer de la ciudad. Ese es la función esencial de un cronista.
¿Es cierto que las ciudades jóvenes, como Tucupita, tienen poca historia que contar?
No, yo pienso que tiene mucho que contar, porque, acuérdate que Tucupita, supuestamente nació el 31 de julio de 1848, sin embargo, el espacio geográfico se ha mantenido unido y cohesionado durante un lapso histórico representativo; son procesos, muchos de ellos vigentes, que tienen su historia y es necesario darla a conocer.
Recuerda que tienes que conocer el pasado, la historia de lo que ha ocurrido, para vivir el presente y proyectar el futuro.
¿Qué pasa con una ciudad que no tiene una cronista?
Pues que no tiene historia, así de fácil, porque, el cronista es el que cuenta la historia de la ciudad. Si una ciudad no tiene cronista, entonces no hay nadie quien lleve los registros, quien cuente, quien relate, quien escriba con anhelo de perpetuarla, sobre ella.
¿Cuál es la importancia de escoger un buen cronista?
Tiene dos aspectos muy importantes, primero, los cronistas lo son de por vida, es decir, hay que tener una lupa, hay que poseer una visión bien fina, para escoger la persona que va a oficiar de cronista, porque, no importa que cambie el gobernador, que salga el alcalde, que egresen los concejales, el seguirá siendo cronista con cualquier gobierno.
Por último, ya para cerrar, ¿cómo debe comportarse el jurado?
Le exijo imparcialidad, que sea quien sea el que vayan a elegir, se maneje un proceso pulcro.
El comité de postulaciones recibe los currículos, efectúa la evaluación y ahí, en ese momento, emparejamos en puntaje y le presenta el informe a la Cámara y la Cámara, en sección conjunta va a deliberar, a elegir el más idóneo, en ese instante debe imperar la imparcialidad.
Imparcialidad y justicia, que sean imparciales en su juicio, a la hora de tomar la decisión, eligiendo el mejor.
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