El Guafal de Guárico se siente abandonado

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Calles destruidas, falta de alumbrado y fallas en el suministro de agua son algunos de los problemas que denuncian sus habitantes /Foto: Xiomara López

A 20 kilómetros de la ciudad de San Juan de Los Morros, capital de Guárico, se encuentra la urbanización El Guafal, que ha visto pasar los años con una desmejora de sus servicios públicos dejando desatendidos a sus residentes.

Nelson Burgos lleva la misma cantidad de años que tiene la urbanización viviendo allí y señaló que van en retroceso con los servicios públicos y que cada día están peores. 

“Aquí estamos careciendo de todos los servicios, aquí todos los días se va la energía eléctrica, el internet es pésimo, las calles están sin alumbrados, el hampa nos está azotando, son muchas problemáticas que tenemos aquí en la comunidad”.

Burgos aseguró que los cisterneros le cobran tres dólares por mil litros de agua que parece que viene con barro, por lo que tuvo que construir un sistema en esta época de lluvia para que los tanques se llenen con ese agua.

“El agua por tubería no está llegando mensualmente, y cuando llegan las cisternas es agua sucia, que para lo que se puede utilizar es para las pocetas, pero eso no sirve para el consumo humano, ellos traen es barro, agua sucia”.

El denunciante comentó que los despachos de las bolsas de comida son mensuales y los productos que traen son de baja calidad alimenticia.

“El Clap nos llega mensualmente, pero eso no trae muchas cosas, según los comentarios la vez pasada y que le sacaron la papeletica de leche y lo más que nos mandan es frijol chino, que ya ni los perros se lo quieren comer y la harina que nos mandaron es malísima, eso no sirve, eso parece una arepa de cerámica”.

Burgos tiene una carnicería en su casa y las fallas en la línea telefónica e internet son cada día peores y muchas veces no pueden pasar las tarjetas por el punto, lo que le origina que le bajen las ventas.

“Esto es pésimo, algunas veces uno no puede trabajar, porque si no hay internet  uno no puede pasar el punto y la gente no puede transferir, entonces no es fácil”.

Hasta 20 viajes para cargar agua a su casa

Por su parte, Ana María Primera lleva el mismo tiempo viviendo en el sector que su vecino, y también ha notado cómo los servicios públicos han ido desmejorando y dañándose.

“Tengo también veinte años viviendo en la comunidad de El Guafal, al principio cuando me mudé todo era maravilla, pero de un tiempo para acá estamos mal, sobre todo con el servicio de agua como dice el vecino, a veces tenemos hasta dos meses sin agua, sino fuera por un aljibe que hay en la parte de atrás de verdad no tuviéramos agua, nos mandan los cisternas y el agua es horrible, sale amarilla al punto que los tanques se te llenan de barro”.

Primera tiene a sus padres enfermos y tiene que cargar a diario hasta 20 tobos de agua del aljibe para poder bañarlos y lavarle la ropa.

“Por lo menos en mi caso tengo a mi papá con alzhéimer y mi mamá con demencia senil, se orinan, se hacen pupú, tengo que dar hasta veinte y veinticinco viajes todos los días para bañarlos, lavarle la ropa, y para el consumo de uno”.

Sin internet ni teléfono

La afectada denunció que el servicio de telefonía tampoco sirve y siguen aumentando sus tarifas “El internet malísimo, el teléfono que está llegando ahorita es un exabrupto de diez, de veinte, treinta millones de bolívares, yo trabajo en educación y con el sueldo lo que estoy es sobreviviendo”.

Virginia Labrador, otra habitante de este sector, indicó que la oscuridad en las calles se presta para que los ladrones hagan de la suyas.

“Han robado mucho teléfono, por la falta de alumbrado, toda la zona está oscura y también esos sinvergüenzas aprovechan, en estos días a una amiga le quitaron su teléfono”.

Carolina Zapata, otra de las denunciantes, declaró que otras de las problemáticas que presenta la comunidad son los retrasos en el despacho de gas doméstico, por lo que prefiere comprarlo en sitios donde lo venden con precios exorbitantes.

“La bombona pequeña de 10 kilos la venden en 4.500.000 , la mediana en 8.500.000, la grande en 10.000.000, la necesidad obliga a eso”.

Jarles Medina reiteró la denuncia de las fallas eléctricas ya que ellos están pegados a una red eléctrica de la calle 8 y los trasformadores no dan abasto ante la gran cantidad de viviendas que están conectadas a esta línea.

“Nosotros tenemos una gran problemática, porque la red que nos surte de electricidad es de la calle ocho, parece que es insuficiente, nos colocaron hace unos meses un  transformador y eso ayudó, pero seguimos con la misma problemática de bajo voltaje”.

“En estos días nos dejaron cuarenta y ocho horas sin electricidad y eso es bastante fuerte, porque lo poquito que tengamos en la nevera se nos daña”, finalizó diciendo Medina.