David Simon es el gerente del programa de aguas, higiene y saneamiento de la UNICEF en Venezuela. Este día mundial de la importancia del lavado de manos, 15 de octubre, interactuó con Radio Fe y Alegría Noticias destacando la necesidad de tomar conciencia de esta práctica.
Empieza asegurando que esta acción, que debe ser cotidiana, es una de las más claves junto al distanciamiento físico para la prevención de la COVID-19.
Explica que justamente con las manos nos tocamos los ojos, la nariz, la mejilla y son un canal muy importante por el cual podemos contagiarnos y transmitir la enfermedad a otras personas.
Por esta razón, apunta Simon, cobra relevancia el lavado de las manos porque se neutraliza el canal y las fuentes de contagio.
Pone como ejemplo cuando se presentan los cuadros diarreicos en niños. «Una de las causas de la diarrea es la aparición del vínculo fecal, es decir, como los gérmenes pueden tener contacto con la comida que nos llevamos a la boca».
Entonces, el lavado de manos es la barrera más inmediata que evita que a nuestro organismo le llegue el germen que carga enfermedades o virus.
No es ninguna tontería
Esta práctica, que no es ninguna tontería, implica además de contar con agua la disponibilidad de jabón.
En estos contextos de deficiencias de ese servicio, de pobreza en muchos hogares de Venezuela, resulta un desafío garantizarla.
Simon señala que esta acción es una responsabilidad compartida. «Es verdad que tiene que haber agua y jabón…pero sobre todo tiene que haber una conciencia de lo importante que es esta práctica».
Agrega que en la medida en que se le dé la debida importancia «priorizaremos el lavado de manos». Asunto clave en la contribución para reducir los índices de morbi y mortalidad infantil.
Ciertamente el lavado de manos ideal es con agua y jabón «pero también hay otras técnicas que se utilizan como el uso de la arena como elemento abrasivo que permite limpiar las manos si no se tiene jabón…también se puede elaborar el jabón de cenizas».
Desde el programa que coordina en el país resalta que es crucial analizar cada contexto comunitario para adoptar las medidas que conlleven a garantizar la práctica de la higiene de manos.
¿Tienen impactos positivos en la población este tipo de campañas?
El representante de Unicef en Venezuela responde que es un trabajo continuo durante todo el año. Cada 15 de octubre se toma como un día en el que se pone énfasis especial en la importancia del lavado de manos.
Esta campaña en particular viene a complementar una dinámica de trabajo que el organismo viene haciendo desde hace varios años en muchos países del mundo «para promocionar esta práctica apoyando a las comunidades, a los centros de salud, a las escuelas y a organizaciones sociales».
Cada año se refuerza el mensaje porque el desafío se mantiene ya que, por diversas razones, la práctica no es tan habitual como debería ser en los diferentes contextos.
En Venezuela pretenden posicionar el tema en los planteles educativos, centros sanitarios, mercados, ambientes comunitarios, y otros espacios de recurrencia de personas.
En cuanto a la responsabilidad de los entes e instituciones gubernamentales para este tema señala que si se quiere producir cambios duraderos, amplios y manifiestos «es importante que estén basados sobre políticas estratégicas y líneas de acción».
En ese sentido, es vital que las políticas públicas del gobierno en esta materia estén dirigidas a preservar el acceso a las fuentes y servicio de agua potable de calidad.
El lavado de manos es una dinámica que comienza en el hogar «pero llega un momento en que tiene que permearse en todos los ámbitos como en las escuelas donde tiene que darse un lavado de manos supervisado», acota Simon.
Es una cuestión de actitud, de gestos, acciones y aprendizajes creativos para mantener el hábito del lavado de manos.