El padre Vélaz nos sigue diciendo: ¡Atrevámonos!

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Foto: Archivo.

Fe y Alegría no nació de una “planificación de escritorio” ni de “la confianza en chequeras bien provistas”, decía el P. Vélaz. Hay que decir que nació de la capacidad de José María de soñar, de atreverse y de su confianza en mucha gente. Hoy, cuando recordamos un año más de su desaparición física – 1985- hay que subrayar rasgos de su vida y de su personalidad que siguen sirviendo de inspiración para toda Fe y Alegría.

José María, nacido en Chile -1910- quedó huérfano de padre muy pequeño, y su madre, regresó a España. En 1928 José Mary entra a la Compañía de Jesús. En 1946 lo enviaron a Venezuela y aquí se quedó.

Hay que subrayar su capacidad para soñar: una red de escuelas, su optimismo antropológico, “hay más gente buena que mala. La gente quiere ayudar”, solo hay que darle una oportunidad, y en eso fue un genio: ofrecer la oportunidad de ayudar a educar a muchos. Así como confió en Abraham y Patricia para fundar la primera escuela, creyó en sus hermanos de otros países y creyó en muchos más.

Si hoy estuviera vivo seguiría diciendo que nos atrevamos a seguir trabajando con mucha fe y mucha alegría, a pesar de las dificultades. Su herencia hay que multiplicarla.

Luisa Pernalete es profesora e integrante del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría y de la Red de Convivencia y Ciudadanía. @luisaconpaz

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