El Papa consagra el 2021 como el año de la familia

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El sumo pontífice destacó la importancia de que todas las naciones reciban vacunas contra la Covid-19 para recobrar la normalidad en las relaciones internacionales. Foto: Vatican Media

En la oración del Ángelus de este domingo 27 de diciembre, día de la Sagrada Familia, el Papa Francisco anunció que durante el año 2021 se realizarán intensas jornadas de reflexión sobre la encíclica «Amoris laetitia», La Alegría del Amor, cuyo quinto aniversario se cumplirá el próximo 19 de marzo, festividad de San José Obrero.

De esta manera, el Pontífice consagra el próximo año al cultivo de las relaciones familiares, espacio fraternal donde debe prevalecer, dijo, «el modelo de la familia de Nazareth en el que todas las familias pueden hallar su sólido punto de referencia y una firme inspiración”.

Para Francisco la familia es el núcleo donde se privilegia su valor educativo, «que debe fundamentarse en el amor que siempre regenera las relaciones abriendo horizontes de esperanza”.

También, entre las cualidades que destaca de toda familia dedicada a Dios y al servicio de los demás, asienta que  todo núcleo familiar está invitado a convertirse en “una casa de oración”, mantener “afectos profundos y puros”, hacer prevalecer “el perdón sobre las discordias” y en la que “la dureza cotidiana del vivir sea suavizada por la ternura mutua y por la serena adhesión a la voluntad de Dios”.

“De esta manera, puntualiza Francisco, la familia se abre a la alegría que Dios da a todos aquellos que saben dar con alegría”, pero también “halla la energía espiritual para abrirse al exterior, a los demás, al servicio de sus hermanos, a la colaboración para la construcción de un mundo siempre nuevo y mejor; capaz, por tanto, de ser portadora de estímulos positivos; evangelizadora con el ejemplo de vida”.

Permiso, gracias y disculpa

Finalmente, el Papa reafirma en su mensaje dominical después de navidad que en toda familia prevalecen tres palabras claves para mantener un mundo de relaciones sanas entre todos sus miembros: permiso, gracias y disculpa.

“Es cierto que en cada una de las familias existen problemas, a veces se discute, pero yo les digo una cosa: si discuten en familia no terminen la jornada sin hacer las paces”.

Francisco recuerda que es importante hacer las paces en el mismo día, “porque la guerra fría del día siguiente es muy peligrosa y no ayuda”.

“Permiso para no ser invasivo en la vida de los demás”, después gracias, gracias de tantas ayudas y servicios que hacemos en la familia, agradecer siempre, pero la gratitud es la sangre del alma noble” y luego “la más difícil de pronunciar: disculpa, siempre hacemos cosas feas y alguien se puede sentir ofendido”, y esta es una de las virtudes más difíciles de cultivar pero no imposible, concluye el Pontífice.