El papa Francisco recuerda que “el amor de Dios libera de la muerte”

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Hamás
Foto: Archivo.

El papa Francisco presidió este lunes 4 de noviembre la santa misa en sufragio 7 cardenales y 116 obispos fallecidos en el último año desde el altar de la Cátedra en la Basílica de San Pedro del Vaticano.

En su homilía, el santo padre reflexionó sobre las últimas palabras que dirigió al Señor uno de los dos crucificados que estaban junto a Él. 

“No es un discípulo el que las pronuncia, no es uno de aquellos que siguieron a Jesús por las calles de Galilea  y compartieron con Él el pan en la Última Cena. El hombre que se dirige al Señor es, en cambio, un malhechor. Uno que lo encuentra sólo al final de su vida, uno cuyo nombre desconocemos” resaltó. 

Según el santo padre, este condenado “nos representa a todos, podemos darle nuestro propio nombre. Podemos, sobre todo, hacer nuestra su súplica: ‘Jesús, acuérdate de mí’. Mantenme vivo en tu memoria”. 

En este sentido, puntualizó que recordar significa “traer de nuevo al corazón”, volver a poner en el corazón. Aquel hombre, crucificado junto a Jesús, “transforma un gran dolor en  oración: Jesús, llévame en tu corazón”, añadió el pontífice. 

Remarcó asimismo que “no lo pide con voz de angustia, como la de un derrotado,  sino con un tono lleno de esperanza”. 

“Esto es todo lo que desea el delincuente que muere como discípulo de última hora: busca un corazón que lo acoja. Esto es todo lo que vale para él, ahora que se encuentra desnudo frente a la muerte. Y el Señor escucha la oración del pecador, hasta el último momento, como siempre”, afirmó. 

Traspasado por el dolor, continuó el pontífice, “el corazón de Cristo se abre para salvar el  mundo: acoge, moribundo, la voz del que muere. Jesús muere con nosotros, porque muere por nosotros”.  

También aseguró que “el recuerdo de Jesús es eficaz, porque es rico en misericordia. Mientras la vida del hombre mengua, el amor de Dios libera de la muerte”. 

“Entonces el condenado es redimido, el desconocido se vuelve compañero; un breve encuentro en la cruz durará por siempre en la paz”, subrayó.

“¿Cómo encuentro a Jesús? o mejor aún, ¿Cómo me dejo encontrar por Jesús? ¿Me dejo encontrar o me encierro en mi egoísmo, en mi dolor, en mi suficiencia? ¿Me siento pecador para dejarme encontrar con el Señor? ¿Me siento justo y le digo ‘tú no me sirves’, sigue adelante?”, preguntó a los fieles el santo padre.

El papa Francisco señaló también que “Jesús se acuerda de los que están crucificados junto a Él. El cuidado que les tiene, hasta el  último respiro, nos hace reflexionar: hay distintos modos de recordar a las personas y a las cosas”. 

“Se pueden recordar los agravios, recordar los asuntos pendientes, recordar a los amigos y a los  enemigos. ¿Cómo están las personas dentro de nuestro corazón? ¿Cómo recordamos a los que han  pasado junto a nosotros en las experiencias vividas?”, preguntó. 

En este sentido, afirmó que “volviéndose al corazón de Dios, los hombres de todos los tiempos pueden esperar la salvación, aun cuando a los ojos de los insensatos parecían muertos”.  

“La memoria del Señor custodia, en efecto, toda la historia: Él es su juez, compasivo y rico en  misericordia”, dijo el santo padre, al tiempo que destacó las 3 actitudes de Jesús: “Compasión, ternura y misericordia”.

Más tarde, pidió rezar por los cardenales y obispos fallecidos en este último año, quienes han sido “pastores y ejemplo para el rebaño del Señor; que ahora se sienten a su  mesa, después de haber partido en la tierra el Pan de vida”.

“Amaron a la Iglesia; recemos para que gocen de la compañía eterna de los santos. Esperemos, con firme esperanza, alegrarnos con ellos en  el paraíso”, dijo el papa Francisco. 

Por último, invitó a los presentes en la misa a decir en alto: “Jesús, acuérdate de nosotros”.

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