«Emprendimiento con rubor venezolano», Aunque el Banco Mundial pronostique una caída del 25% en la economía venezolana este año, eso no parece tumbar las ganas de Alicia en el país con su negocio.
“Alondhra”, como su hija mayor, así llamó Alicia Rivas, licenciada en nutrición, a su centro de capacitación estética donde desde hace dos años imparte clases sobre salud y belleza.
Rivas recuerda con una sonrisa que empezó dando clases de tres módulos distintos y al día de hoy cuenta con más de 40 enfocados a la función estética. “Educamos a los principiantes, que quieran emprender en esta área, y a los especialistas los vamos actualizando”.
Siendo Venezuela un país aceptado culturalmente como adulador de la belleza física, a Alicia se le vino la idea de no solo aprovechar la necesidad de las personas de potenciar sus atributos, sino de educar cómo cuidar el cuerpo y gracias a esto poder emprender un negocio propio.
En Alondhra se dictan talleres básicos de masajes relajantes, reductivos, quiropraxia, drenaje linfático. Además, tienen especialistas en plasma rico en plaquetas y tratamientos para quemadores de grasa.
Pero quizá lo que más resalta de este centro es que ofrecen cursos para que la gente aprenda a realizar productos cosméticos y cuidado de la piel de forma artesanal, como cremas antiedad, protector solar, sombras para los ojos, rubor, bases, labiales.
La sorpresa no acaba allí, y es que Alicia asegura que esos productos industriales pueden ser realizados con materia prima venezolana.
“Enseñamos a nuestros alumnos a preparar sus propios cosméticos, es decir, él o ella ofrecerán sus servicios a su clientela y también sus productos. Nuestro fin es formar a profesionales integrales que partan de la base legal (…) le damos esas herramientas de apoyo para que emprendan y no se vayan del país”, dijo Alicia.
¿El emprendimiento está de moda?
De acuerdo con Aramis Rodríguez, Coordinador del Centro de Emprendedores y profesor del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), entre el 15 y 20 por ciento de los venezolanos mayores de edad, deciden iniciar un proyecto propio. Esto representaría alrededor de 2,5 millones de personas anualmente.
También explica que la mayor parte de estas personas emprende con el objetivo de paliar la crisis económica.
Al respecto, Alicia indica que sí hay una merma en cuanto a cirugías estéticas por la situación país, pero existen otras alternativas más económicas como los masajes reductores que son accesibles desde el punto de vista monetario y cuentan con mayor demanda en este momento.
Con ejemplos como el de Alicia queda claro que el gentilicio venezolano no es de quedarse cruzado de brazos, esto lo demuestran datos levantados por el IESA donde a pesar de cifrar alrededor de 8% la población que ha migrado del país, cerca del 20% decide abrir un negocio cada año en Venezuela.