El agua es un derecho humano fundamental. Pero en la región de Santa Cruz en Bolivia ya existe el riesgo de que para el cierre de este 2020 el agua comience a acabarse.
La asambleísta Katia Quiroga declaró que por los recorridos que hacen, en conjunto con la gobernación departamental, constatan que en la mayoría de los 56 municipios sufren de serios problemas de agua.
Hay quienes han vivido si el servicio de agua. En algunas zonas rurales acuden con sus vasijas a un río para surtirse. Hay otros que se construyen pozos y lagunas artificiales a costa del agua de los demás.
Quiroga dice que llegó el momento de reflexionar y de cuidar el agua, sobre todo la dulce «ya que es muy costoso procesar el agua salada, y nosotros tenemos la mitad de cuencas con agua salada».
Advirtió que desde más de 10 años ya se venía hablando «de las futuras guerras del mundo y una de esa es la del agua».
La legisladora apunta que es clave también para preservar este derecho la educación ciudadana.
Pero además de la educación las políticas públicas de Bolivia deben reflejar que de las palabras se tiene que pasar a los hechos.
El agua, este líquido vital, se ha puesto en la bolsa de valores de Walt Street como si fuera oro o petróleo y está atentando contra el derecho básico de todos a tener agua.
Este recurso hídrico esta ya de por sí bajo una amenaza extrema por una población en crecimiento en el mundo, una demanda creciente y una contaminación grave de la agricultura y la industria minera y por el contexto cada vez mayor del cambio climático.
Con información de Mercedes Fernández, Radio Santa Cruz, Bolivia/Aler-Contacto Sur