En la parroquia Guajira, del municipio zuliano del mismo nombre, hay comunidades que llevan hasta ochos meses sin servicio eléctrico, lo que genera desespero e impotencia a quienes les ha tocado acostumbrarse a estar sin electricidad y pasar sus noches oscuras.
“Estamos al borde del colapso. La población está enfrentando la peor crisis eléctrica en estos tres últimos años”, expresó Carlos Pérez, habitante de la entidad. “La culpa es por la mala gerencia que tiene este gobierno, porque no busca la solución al problema”.
Pérez explicó que la crisis eléctrica perjudica la convivencia familiar y las prácticas diarias y cotidianas del pueblo.
“Nos tienen engañados. Pasamos hasta 5 días sin el fluido eléctrico. El sistema eléctrico es uno de los principales elementos para el desarrollo de un país, de un municipio, y aquí ninguna autoridad municipal se acerca para informarnos qué ocurre. Aquí se perdió la credibilidad: aquí no hay gobierno, aquí lo que estamos viviendo es una anarquía total”, añadió.
Los habitantes de esta línea fronteriza han buscado todo tipo de métodos caseros para apalear la ola de zancudos que les inquietan la tranquilidad por las noches; los pequeños son los más afectados.
Por su parte, el Hospital Binacional de Paraguaipoa también se ve afectado por la crisis eléctrica: muchas veces este centro cierra sus puertas en la noche, ya que la oscuridad no permite que se le de atención a los pacientes que solicitan alguna emergencia.
La Burra y Puerto Rosa son las subestaciones que alimenta el fluido eléctrico a la población: se localizan al sur de la parroquia Guajira, una zona de difícil acceso, donde no existe cuadrillas ni personal de Corpoelec que hagan un trabajo de conexión inmediato, en caso de apagones.
Colapso de servicios públicos y extorsión
Otras comunidades de la parroquia Guajira siguen padeciendo un sinfín de problemas, especialmente por la falta de los servicios básicos como el agua potable. Y, a ello, hay que agregar otro problema: la extorsión.
El Comité de Derechos Humanos de la Guajira, que realiza acompañamiento a las comunidades afectadas, reporta que la carretera Troncal del Caribe sigue tomada por personas que cobran peaje en plena vía internacional, frente a la vista de los cuerpos de seguridad: esto se ha convertido en un dolor de cabeza para los choferes del transporte público que pasan por esta vía y deben pagar altas tarifas para poder movilizarse.