En Machiques de Perijá, zona fronteriza en el estado Zulia, a plena luz del día y en la vía pública sigue sin control, ni aparente temor alguno, la venta de gasolina, lo que representa un riesgo para la vida de la población en general.
En un recorrido realizado por el equipo de Radio Fe y Alegría Noticias en la zona, se pudo contabilizar más de 35 puntos de venta irregular de gasolina, solo en las avenidas principales como: Santa Teresa, Artes y parte del Casco Central.
La situación resulta alarmante entre los pobladores de Machiques, quienes denuncian la comercialización del combustible cerca de escuelas, centros de salud, supermercados, parques y plazas, sin la más mínima medida de seguridad.
“Tengo un puesto de comida ubicado y a menos de 20 metros tengo una venta de gasolina. Es un peligro constante, porque debo encender fuego al cocinar los alimentos que voy vender”, comentó María Bracho, comerciante informal de la plaza Bolívar.
Asimismo, también se ven afectados los ciudadanos que circulan por el centro del municipio para hacer sus compras o pagar sus servicios, debido a que deben exponerse a caminar muy de cerca a las pimpinas que contienen el líquido inflamable, o inhalar el olor del carburante que puede generar consecuencias para la salud.
Delito sin ser secreto
Las plazas Bolívar, Urdaneta y del Carmen se han convertido en puntos de ‘abastecimiento exprés’, donde los vendedores estacionan sus vehículos o camiones para descargar el combustible, sin ningún tipo de medidas de seguridad, poniendo en riesgo sus vidas y la del resto de la población.
En las últimas semanas en las estaciones de servicio se surte combustible con regularidad, pero José Delgado, quien se dedica a trabajar como mototaxista, opinó que debe existir complicidad entre los administradores de las estaciones de servicio, organismos de seguridad y los vendedores de gasolina.
“Por ejemplo, cuando hay escasez de gasolina siempre que llego a la cola para surtir combustible están los mismos vehículos”, afirmó Delgado.
A su juicio, ese es el motivo por el cual se han incrementado las ventas en cualquier punto del país.
¿Y las autoridades?
A pesar de las múltiples denuncias y del descontento de la población, esta problemática no ha recibido la respuesta de las autoridades que los habitantes de esta entidad desearían.
El pasado 15 de enero funcionarios de Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se acercaron a la plaza Bolívar para desalojar a los vendedores de gasolina. La noticia corrió rápidamente a través de las redes sociales, causando alivio en la ciudadanía, quienes aplaudieron la acción de los cuerpos de seguridad. No obstante, la alegría duró poco ya que solo se trataba de un desalojo momentáneo para realizar las actividades del Día del Maestro.
Por miedo a represalias, ciudadanos aseguran que la falta de actuación e indiferencia de los cuerpos de seguridad se atribuye a que debe existir órdenes superiores para no actuar.
Según denuncias, los funcionarios de seguridad suelen pasar sin mayor sorpresa frente a los vendedores y camiones de gasolina, por lo cual imposible que no vean los grandes recipientes repletos de combustible que los acompañan. “Los funcionarios solo se acercan para cobrar una cuota a cambio de ignorar a los vendedores, creando un negocio perverso en el que nadie necesita ocultarse”, dijo uno de los entrevistados.
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