Para el sacerdote jesuita y politólogo investigador del Centro Gumilla, Javier Contreras, debe existir el compromiso de ser propositivos para generar esa nueva realidad de esperanza en el contexto venezolano actual.

Ante los escenarios complejos registrados este primer trimestre en el país que siguen marcando una crisis política y económica, Contreras resaltó que, en clave de esperanza, hay que mantener la capacidad de creer en nuevos caminos de desarrollo como sociedad y el compromiso que ésta abarca para no sentarnos de brazos cruzados “a esperar cambios mágicos”.

En entrevista para el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias, Contreras destacó que las generaciones que viven este episodio de la historia venezolana resaltan por su resiliencia. Entendiendo que cada contexto histórico presenta sus particularidades, recordó que otros venezolanos vivieron tiempos adversos, pero tuvieron la capacidad de proponer ante la dificultad por lo que “ese contexto no conviene olvidarlo”.

Estas nociones pueden ir de la mano, pero muestran diferencias, a juicio del padre Contreras: la resiliencia es cierta resignación con el estado de las cosas solo porque somos fuertes, la esperanza está más asociada a la capacidad para poder resistir y apostar a la creencia de ésta.

“La esperanza se convierte en un espaldarazo para la gente”

Para Javier Contreras sj, existen tres aspectos a destacar en este ámbito: la capacidad de reinventarse, la posibilidad de brotar solidaridad y la importancia de la dimensión hacia la espiritualidad.

El pasado 18 de mayo, el Centro Gumilla presentó un trabajo investigativo sobre la religiosidad de la esperanza del venezolano, incluyendo la percepción de la esperanza en medio de la crisis.

La investigación revela que el catolicismo sigue siendo la religión predominante en Venezuela, con el 70 % de la población identificándose como católica y el catalizador de la esperanza en estos momentos álgidos.

Actualmente, la iglesia católica universal, a través del llamado que hizo Francisco durante sus últimos tiempos de papado, usa el elemento de la esperanza para ser peregrinos de ésta en cualquier espacio o situación de la vida.

“La esperanza se convierte en un espaldarazo para la gente”, según el padre Contreras.

Desde la espiritualidad Ignaciana, el padre Contreras destacó que “lo que menos nos conviene hoy es mirarnos como enemigos, por mirar a otros lados”, y que es necesario absorber este mensaje de la iglesia católica “a través del reencuentro y reconciliación”.

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