En la población de Paraguaipoa, ubicada en el municipio Guajira del estado Zulia, la resiliencia, el compromiso y las ganas de salir adelante se imponen a las adversidades que rodea a sus habitantes, quienes han logrado reinventarse para seguir echando raíces en su propia tierra.

Muestra de ello es que un grupo de 25 personas, conformado principalmente por mujeres, fue reconocido por Fe y Alegría Educomunicación en Paraguaipoa por participar en el curso Medios de Vida: Aprendiendo a hacer pan francés. Esta iniciativa, promovida en alianza con el Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), tuvo impacto en habitantes de cuatro comunidades: Los Médanos, Ángel David Durán, Marichen 2 y Funda Carmén.

Foto: Graciela Portillo | Mujeres de la Guajira reconocidas por Fe y Alegría Educomunicación.

La mujer wayuu es reconocida por ser emprendedora. Por ello, aprender a hacer pan francés, además de significar un reto para ellas, también significó acoger con mucho agrado un pan muy común en la cultura occidental, lo cual a su vez se traduce en un medio de vida para sus hogares y la posibilidad de emprender.

En todo este proceso la radio fue clave. A través de este medio de comunicación, las participantes recibieron las instrucciones para aprender a hacer pan francés, que se difundieron varias veces al día por Radio Fe y Alegría Paraguaipoa 92.3 FM, cuyo alcance es muy importante en la localidad y toda la Guajira.

Foto: Graciela Portillo | Mujeres del pueblo Wayuu que participan en el curso de elaboración del pan.

José Fernández, voluntario de este proyecto implementando entre Fe y Alegría Educomunicación y de Acnur, catalogó como “éxito” esta iniciativa, resaltando que la comunidad aprendió un oficio con el cual pueden emprender o incluso utilizarlo para su propio consumo, en medio de una difícil economía que afecta falta de alimentación de los habitantes de esta población.

Fernández insistió en que este aprendizaje fue posible gracias a la magia de la radio. “Más allá de que pueda mejorar en lo profesional y personal, me ayuda mucho poder llevarle a mi pueblo wayuu (estas iniciativas); para que se motive y sea parte de todas las iniciativas positivas que invocan emprendimiento, capacitación. Para que puedan mejorar su vida cotidiana”, dijo satisfecho al compartir su experiencia como voluntario de este proceso.

Mujeres que tejen redes en Guajira

Neida Hernández relató que se dividieron en varios grupos para aprender juntas a hacer el pan francés y se reunieron en varias casas.

El curso solo contempló la formación y el acompañamiento respectivo. Por lo tanto, debían adquirir la materia prima por su cuenta para elaborar los panes. Eso significaba comprar la harina, los huevos, la mantequilla y otros ingredientes.

“Nos reunimos a comprar un bulto (de harina) y cada quien agarraba lo suyo… Entre nosotras recogimos: cada quien puso su grano y lo compramos en Maicao, donde está más accesible (el precio)”, comentó Hernández.

Maicao es un municipio colombiano que queda aproximadamente a 31 kilómetros de Paraguaipoa por carretera. Además, es un lugar reconocido por su actividad comercial.

Hernández precisó que gastaron, entre 10 personas que aportaron para que la compra fuera más económica, 150 mil pesos, que es el equivalente a mil 500 bolívares.

“Ahora vamos a hacer pan para nuestro beneficio. Dicen que las mujeres no sirven y no sabemos nada y las mujeres si podemos echar pa’ lante”, expresó emocionada.

Hernández agregó que se levantaba “muy tempranito” a hacer las cosas del hogar para que le diera tiempo estar a la hora de preparar los panes. Para ella, el curso representó una ayuda para las mujeres que no están trabajando, ya que muchas se han ido de Paraguaipoa “porque no tienen trabajo”.

Durante la entrega de certificado entre Fe y Alegría Educomunicación y Acnur este sábado 5 de agosto, las participantes recibieron tazas medidoras, un rodillo, un cuaderno y un bolso ecológico, lo que les facilitará elaborar los panes.

Helen Oliveira, oficial asociado de terreno de la oficina de Acnur en Maracaibo, dijo que ver a mujeres graduarse en panadería resulta gratificante y forma parte del apoyo que prestan a sus familias con lo que han aprendido. Así tendrán más protección y una vida mejor, dando como resultado cumplir sus objetivos que es fortalecer las comunidades y a las mujeres también.

“Me sorprendió poder hablar con ellas. Un pan hecho por ellas mismas, que ya saben los ingredientes que van. Es mejor que un pan comprado en el supermercado y todo estamos conscientes y orgulloso del trabajo”, expresó.

Agregó que próximamente tendrán una nueva edición de los cursos de medio de vida junto al IRFA, el cual tendrá que ver con la elaboración de comidas de yuca.

Foto: Graciela Portillo | Mujer egresada del curso de elaboración de pan.

“Fe y Alegría Educomunicación es un socio de la Acnur y está promoviendo este curso de panadería, con el cual las mujeres han tenido cuatro sesiones por la radio. Hoy fue la graduación donde han enseñado lo que han producido. Pero va a venir una nueva parte de este curso que es de yuca. Estamos muy contentos con el trabajo de Fe y Alegría Educomunicación que están promoviendo que tengan más medios de vida”, finalizó.

Rendirse no fue una opción

Nisbelly Fernández, junto a sus compañeras, tuvo que ingeniárselas para hornear los panes ante la falta de gas en sus hogares.

“Inventé algo para elaborar mi pan junto a mi equipo que éramos tres. Utilizamos una cocina de chatarra, prendimos carbón abajo y así pudimos elaborar el pan”, contó.

Las comunidades de Paraguaipoa no gozan del servicio de gas doméstico, sino que dependen de las bombonas de gas que distribuye el gobierno cada 15 días. Por ejemplo, una bombona de gas de 18 kilos se obtiene en 15 mil pesos lo equivalente a 166 bolívares. Esta bombona puede durar hasta un mes, pero horneando panes, dura mucho menos que eso.

La otra opción que existe en la Guajira es obtener la bombona de gas a través de un servicio privado, pero los costos son mucho más elevados. La bombona de 18 kilos puede costar entre 50 a 70 mil pesos, es decir, entre 500 a 700 bolívares, lo cual no es accesible para la mayoría de esta población.

Por eso, deben cocinar muchas veces con carbón, cuyo saco cuesta 30 mil pesos que equivale a 333 bolívares; o utilizar leña, para lo cual deben caminar hasta dos horas partiendo desde la comunidad de Marichen hasta pasar el sector El Manglar.

Por su parte, Patricia Arrieta, coordinadora de terreno del proyecto Acnur-IRFA, manifestó sentirse sorprendida porque en la comunidad siempre superan las ideas o metas que se fijan.

Agregó que la formación fue posible gracias a la Radio de Fe y Alegría en Paraguaipoa, “un medio muy aliado de la comunidad” y que “es muy escuchado”.

“La única radio indígena. Eso hace que la comunidad nos conozca y se sienta integrada”, aseguró Arrieta en Guajira. “Gente muy comprometida. Gente que se contenta de que los tomen en cuenta y que admiran y le ponen empeño al aprendizaje”, destacó.

Foto: Graciela Portillo | Curso de elaboración de pan tipo francés en Guajira

Finalmente, manifestó que Fe y Alegría siempre ha estado preocupada y al pie con todas poblaciones olvidadas. “Fe y Alegría siempre ha estado allí y tiene de aliados a socios como Acnur, que nos ayuda a impulsar y apoyar aún más a todas estas comunidades”, dijo.

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