Desde que el Gobierno nacional estableció el nuevo esquema de distribución y venta de gasolina, las colas en las estaciones de servicio de Barquisimeto se han convertido en calvario para los conductores.
A pesar de que el ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, anunció que se podía surtir hasta 120 litros de combustible mensual y sin limitación, la realidad es que algunos ciudadanos a lo sumo han podido surtir solo 30 litros de gasolina en el estado Lara.
Y aunque el ministro para la defensa, Vladimir Padrino, señaló que las estaciones de servicio se mantendrían operativa las 24 horas del días, en Lara no abren por falta de gasolina y cuando reciben despacho de combustible, laboran hasta las 5:00 de la tarde apegadas a un decreto regional.
Mientras que el sistema de Biopago y las distintas alternativas de pagos también se han convertido en otra preocupación para los conductores. Éstas máquinas no funcionan o no han llegado a todas las bombas. Y con respecto al pago en bolívares, se hace cuesta arriba por la escasez de dinero en efectivo y la poca disponibilidad de dólares entre los conductores.
El surtido de gasolina por terminal de número de placa tampoco ha funcionado. El poco despacho de combustible ha ocasionado la formación de hasta tres colas simultáneas con vehículos rezagados y diferentes terminales de placa.
Ante esta situación, los barquisimetanos han tomado la iniciativa de realizar unas listas para registrar sus vehículos con la esperanza de lograr el surtido y no perder las horas en la cola. Incluso, algunos han pernoctando entre 3 y hasta 5 días esperando.
5 días esperando por gasolina
Ese es el caso de Fredy Godoy, quien desde hace cinco días se encuentra a la espera de poder llenar su tanque del preciado combustible.
Fredy contó a Radio Fe y Alegría Noticias que el domingo salió de su casa a las 8:00 de la noche preparado para recorrer unos 7 kilómetros hasta la estación de servicio Churun Merú en el centro de Cabudare, municipio Palavecino, en la cual iba a pernoctar ese noche para apartar el espacio y surtir al día siguiente.
Esa noche en la gasolinera había al menos 200 carros esperando. Estaban los que debían por terminal de placa llenar ese domingo y aquellos que les correspondería hacerlo el lunes. Sin embargo, tras largas horas de espera e incertidumbre, la gandola no llegó ese día.
Desde entonces, Fredy se ha visto obligado a permanecer en la fila ya que asegura “necesito la gasolina porque hoy día no hay transporte público ni efectivo para uno trasladarse”.
Esta espera en la cola también representa un gasto adicional a los conductores quienes deben ingeniárselas para garantizar su alimentación mientras se mantienen guardando su puesto en la fila.
Fredy aseguró que gasta a diario entre 200 a 400 mil bolívares que solo le alcanzan para comprar pan, mortadela y refresco, y con esto mitigar el hambre durante la espera del combustible.
Una de los factores positivos que los mismos conductores han destacado de esta situación, son los amigos que «se hacen» tras largas horas de compartir historias y anécdotas de sus vidas cotidianas.
“Estamos a punto de crear hasta un grupo de WhatsApp. Hemos creado un vínculo y compartimos las mismas necesidades e inquietudes”, añadió.
Fredy Godoy y sus compañeros de cola le hacen un llamado a las autoridades para que se sinceren con respecto al tema de la gasolina ya que, en su opinión, el programa pico y placa no funciona porque no hay consecuencia ni continuidad, sobre todo en Palavecino que solo tiene 5 bombas para surtir a la gran cantidad de vehículos que necesitan el combustible en el municipio.
A su vez, piden que se respete a los ciudadanos y ofrezcan información sobre las gandolas que llegaran al estado para entender qué es lo que pasa.