En Maturín salen a diario para poder comer

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Foto: Referencial web

En Maturín las amas de casa resuelven su situación económica de diversas maneras. Muchas de ellas han tenido que dejar la comodidad de sus hogares para poder garantizar el alimento a sus hijos.

Esther Pino es una de esas mujeres. Ella contó a Radio Fe y Alegría Noticias que desde hace 7 años se dedica a vender helados en el mercado municipal de Maturín. Esto desde que el trabajo de su pareja en carpintería dejó de ser rentable para generarles ingresos.

Pino detalló que el año pasado, cuando comenzó la cuarentena por la COVID-19, la situación se puso muy difícil para su familia, pues los primeros 3 meses salía muy poca gente a las calles y sus ventas se fueron a pique, por lo que garantizar la comida, ropa y calzado para sus tres hijos pequeños fue todo un reto.

“Aquí en la parada (de transporte) yo vendo mis heladitos para poder solventar el día a día. Desde hace 7 años estoy aquí diariamente. Gracias a Dios ahora ambas semanas (radical y flexible) sale gente a la calle y me compran, porque sino es pérdida para uno”, relató.

La señora Esther aseguró que tiene que invertir, aproximadamente, 30 millones de bolívares cada tres días en frutas, azúcar, bolsitas y todo el material necesario para elaborar los helados de los que vive su familia. Pese a que parece una actividad sencilla, tiene que esforzarse en la calidad para que la gente “se enamore” y sigan llegando a su puesto.

Sin embargo, lamentó que hay semanas en que las ventas bajan y llega a su casa sin nada para ofrecer a sus hijos.

“A veces no los vendo, se me dañan y tengo que botarlos porque paso hasta una semana sin vender y se ponen malos. Las personas me lo reclaman y tengo que tirarlos porque de verdad no puedo vender algo en mal estado y darme el lujo de perder a los clientes que ya me conocen porque sino qué le llevo yo a mis hijos”, manifestó.