En medio de robos, escuela de Fe y Alegría en Cumaná cumple 23 años

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La Unidad Educativa Padre José María Vélaz, en Cumaná, conmemora su aniversario número 23 en medio de constantes azotes por la delincuencia. 

Ante esta situación, que afecta a 1.116 estudiantes, los padres y representantes de estos alumnos se unieron a los maestros y trabajadores que prestan sus servicios en este plantel de Fe y Alegría, para caminar por las calles de la comunidad de Llanada, exigiendo a los cuerpos policiales, mayor protección seguridad y protección para esta escuela de Fe y Alegría.

“Vecinos y amigos ama a tu escuela”: esa era una de las consignas que gritaban las personas mientras se desplazaban, en horas de la mañana del martes 3 de noviembre, por las calles aledañas a esta escuela.

La directora de esta institución, Omaria González, señaló que en medio de la cuarentena se han registrado robos prácticamente a diario. Agregó que de «pedacito a pedacito», están dejando la escuela vacía.

“Se llevaron los cilindros de las puertas, las pocetas y tapas de los inodoros del piso de los baños. Además, el techo raso y la cablería de los salones y pasillo»detalló. «Toda la institución está a oscura».

Sin condiciones

González advirtió que si se levantara la cuarentena este año, el plantel no se encuentra apto para albergar a los alumnos que conforman la matrícula de esta casa de estudio.

“A esta institución acuden niños desde los cuatro años, hasta que salen como técnico medio en electricidad o electrónica”, recordó.

La educadora solicitó apoyo a los entes gubernamentales y sociedad organizada. “No podemos permitir que sigan desvalijando la Unidad Educativa Padre José María Vélaz que, junto a Cecal Santa María, realiza una gran labor por la educación en la comunidad”, concluyó González.  

A los reclamos de la maestra, se unió Carmen Guerra, representantes de uno de los estudiantes, quien dijo que los funcionarios de la Policía y la Guardia Nacional se deben desplegar en las escuelas y liceos de Cumaná, para evitar que los delincuentes destruyan estos espacios dedicados a la formación de la nueva generación.

“Los cuerpos de seguridad deben instalar un punto de control en La Llanada y de esta forma se evitaría que los delincuentes sigan cometiendo sus fechorías. Basta ya de robos e inseguridad”, exclamó Guerra.